viernes, 26 de julio de 2013

Putas y puteros en EsRadio (con entrevista al autor de este blog)

"(La prostitución) es justamente lo contrario de lo que se piensa la gente. La gente se piensa que tragamos con todo, en todos los sentidos, pero no: nosotras marcamos las pautas".

Ariadna, prostituta vocacional



He aquí la entrada más esperada del año y, probablemente, de toda la historia del blog. Tanto quienes me han mostrado sus simpatías como su hostilidad coinciden en su curiosidad por saber quién está detrás de estas líneas, qué persona es la responsable de esta web. En otras dos ocasiones he aparecido en la pequeña pantalla relacionado con el mundo de la prostitución (tres, si contamos un contraluz de siete segundos para Informativos Tele5): en el documental "Diario de" de la Cuatro -pero grabado cuando el programa todavía estaba en Tele5- y en la Noria, en directo. Ninguna de ambas apariciones resultó particularmente memorable, ya que esos programas prefirieron -pese a todas mis advertencias- dar al tema un enfoque entre morboso y alarmista. Lo que es todavía peor, me mintieron descaradamente con objeto de conseguir mi colaboración (si hubiesen dejado las cosas claras y cumplido su parte del trato no habría tenido nada que objetar). Sirva de advertencia para posibles incautos con quienes contacten las productoras que trabajan para esta cadena.

Hasta aquí fueron los periodistas quienes me buscaron, pero entonces decidí que debía ser más selectivo y como todo buen estratega elegir yo mismo el campo donde desease plantar batalla. Tenía muy claro qué cadenas de radio y televisión podían tratar este tema con el rigor necesario y, por qué no decirlo, desde una perspectiva ideológica afín a la de un servidor. El problema era cómo llegar a ellos, la prostitución no es un fenómeno que cuente precisamente con muy buena prensa y cuya relación con los derechos y libertades de toda la ciudadanía (no sólo de quienes ejercen esta actividad), con la limitación del poder público y su sometimiento a la legalidad y con la lucha contra la corrupción política no resulta nada fácil de hacer ver. Había que empezar desde cero, creando interés en algún periodista suficientemente abierto de mente e intrépido como para que nos abriese las puertas de su casa. ¿Pero quién? ¿Y cómo?

Ayanta Barilli, hija del conocido escritor Fernando Sánchez Dragó, dirige un programa sobre sexualidad en EsRadio. Me fijé en ella por tres motivos, el primero su filiación: Dragó tiene una de las mentes más brillantes de España y se encuentra entre las personas que más admiro. El segundo la emisora, EsRadio es hoy por hoy en España el medio de tendencia liberal por excelencia y con el que me siento más identificado. No sólo eso, sino que además se ha caracterizado por buscar la verdad cuestionando supuestas "versiones oficiales" que se desmoronaban como un azucarillo en el agua cuando eran investigadas en profundidad. Y en tercer, pero no último lugar, por su propio trabajo personal ya que demostró ser una excelente profesional con todas las cualidades que hacían falta: seriedad, honestidad e interés es descubrir nuevas realidades a sus oyentes.

Así es, hace dos años entrevistó a una profesional del BDSM llamada Ama Cosette. Tanto la agradó que incluso hizo un nuevo programa, contando también con una sumisa. Por aquel entonces envié un correo a su programa, que me respondió la copresentadora, con la propuesta de que entrevistasen a Paula VIP que por entonces comenzaba a darse a conocer en los medios. Me contestaron que gracias, que la tendrían en cuenta, y ahí acabó todo. Pasaron los meses y contactaron con Rocío Nieto, presidenta de APRAMP, para que comentase la noticia de la desarticulación de una mafia de proxenetas a cuyas "víctimas" yo conocía. Uf, eso me olía fatal, si comenzaban a caer en esa deriva abolicionista íbamos aviados. Pero había que hacer las cosas con tacto, no puedo presentarme dando una patada en la puerta y gritando "os están engañando". Lo que podía hacer e hice era volver a mencionarles la existencia de esta prostituta, que en aquel entonces colaboraba estrechamente conmigo, visto el interés mostrado en el mundo de la prostitución. Gracias, ya te llamaremos, vuelva usted mañana. En fin, sabía que Eva (la copresentadora) y Ayanta mantenían una serie de creencias y juicios no demasiado favorables a la prostitución pero creí que no desperdiciarían la oportunidad de tener a una prostituta en su programa. No conseguí nada y no era cuestión tampoco de ser pesado, pensé que me había equivocado pero que bueno, como se dice, el no ya lo tenía. Había que intentarlo.

Pasado casi un año me encuentro con que Eva me escribe pidiéndome los datos de contacto de Paula, ahora ya toda una figura mediática gracias a su participación semanal en TV3. Vaya, parece que si siembras acabas cosechando. Finalmente había llegado mi oportunidad, ahora debía jugar mis cartas para conseguir que me abriesen sus puertas. Yo no es que quiera hablar como putero, sino contar con la colaboración de un equipo de profesionales que me ayuden a desmontar el tinglado de financiación ilegal que tienen montado una serie de administraciones y funcionarios públicos, pero sé que he de despertar su interés y lograr convencerles de que lo que digo tiene base real y no son los desvaríos de un perturbado que es a lo que podría sonar si uno lo suelta de sopetón. El primer paso, como me sucedió a mí, es que vayan perdiendo ese miedo que se tiene a la prostitución cuando no se la conoce. Y Paula es una tía muy presentable, simpática y con don de gentes. La tarjeta de presentación perfecta, no hace falta que profundice mucho sino que dé buena imagen.

Hemos de ser conscientes de que podemos aprovecharnos mutuamente de nuestro trabajo, yo ayudé a Paula y ella me ayudó (quizá involuntariamente) a mí. Digo aprovechar en el buen sentido, no de parasitar el trabajo ajeno sino de apoyarse en él para construir algo más grande. Es que un gran fallo que han tenido los activistas pro-prostitución hasta la fecha son los personalismos, hay que desterrar las ansias de protagonismo, ésto es un trabajo colectivo donde lo que menos importan son los nombres. A ver, son importantes en tanto representan cabezas visibles que sirven de ejemplo e inspiración en los demás pero lo que quiero que quede muy claro es que no debemos perder nunca el fin último que compartimos: ¿queremos terminar con las discriminaciones existentes, lograr la "normalización social" de la prostitución? ¿Si? Bien, pues vamos. Yo jamás he ocultado que esta lucha para mí es meramente instrumental, no un fin último, sin embargo estoy dispuesto a compartir esa parte del camino con quienes tengan esa meta. A mí lo que realmente me importa no son las prostitutas, no más que cualquier otra persona. Lo que busco es combatir los abusos, excesos y abiertas ilegalidades del poder público y para ello me sirvo de esta lucha. Por así decirlo, estoy "utilizando" a las putas. Pero ellas a su vez pueden utilizarme a mí en su propio provecho: siguiendo nuestro propio interés personal todos nos beneficiamos.

Retomo el relato, tras una larga negociación debido a los recelos naturales ante los medios y, en particular, los de Paula respecto a la radio que dirige Don Federico (todos tenemos nuestras filias y fobias, es natural) Ayanta logró entrevistarla telefónicamente. Tan bien quedó, pese a una serie de errores e imprecisiones de bulto que afortunadamente no fueron percibidos, que la volvieron a llamar. En la segunda ocasión estuvo mejor pero en una de sus declaraciones entró en abierta contradicción con lo que había afirmado en su anterior intervención, y como un servidor tuvo la feliz idea de hacérselo notar pues a partir de ese momento nos enemistamos (si es que soy un bocazas: Paula era mi llave y no mi altavoz, el error fue mío). A partir de ahí todo fue rodado, logré "abrirle el apetito" a Ayanta al permitirla contactar con más prostitutas. La siguiente fue Ariadna, conocida en este blog como Amazona. La verdad es que la quise aleccionar un poco porque todavía veía lejana la posibilidad de que me invitasen a mí, se negó a ello y yo me dije que mejor no meneallo más no fuese que se repitiese lo de Paula. Así que adelante, no sabía que haría ni diría pero hay momentos en la vida en que uno tiene que jugársela. Ella me comentó que salió descontenta de la entrevista, que no estuvo a la altura, lo que hizo que el corazón me diese un vuelco. Pero sobrepasó todas las expectativas, realmente estuvo soberbia como podéis comprobar a continuación aunque yo no lo supe hasta mucho después pues su entrevista fue la última en emitirse.

Y gracias a ella, Ayanta se enteró de que yo era cliente. Mira, el chico me está trayendo gente válida, escribe bien y me soluciona un programa. ¿Por qué no llamarle? Y lo impensable sucedió, me ofreció entrevistarme en los estudios de EsRadio. Por fin, un cliente iba a tener la posibilidad de expresarse ante los micrófonos de una cadena seria. Y lo que es todavía mejor, ya iba a poner un pie en EsRadio. Objetivo cumplido.

El resultado de todo este esfuerzo lo tenéis aquí, en cuatro programas que podéis disfrutar con tranquilidad gracias a los podcasts. En EsSexo han apostado por dar voz a putas y puteros y les estamos inmensamente agradecidos, nunca ningún otro programa hizo semejante favor a quienes deseamos la regularización legal y normalización social del trabajo sexual.

· Programa del 21 de marzo, primera entrevista a Paula VIP.

· Programa del 23 de mayo, segunda entrevista a Paula VIP.

· Programa del 4 de julio, entrevista a ClienteX.

· Programa del 11 de julio, entrevista a Ariadna.



BONUS: El 19 de Julio entrevistaron en el programa de Luis Herrero a Carlos de la Cruz de la Asociación Estatal Sexualidad y Discapacidad, a propósito de la figura del asistente sexual. Otro pasito adelante más en nuestra lucha. Para que nos acepten deben conocernos, no hay otra, y gracias a los medios podemos alcanzar cierta difusión multiplicando así nuestros esfuerzos.

Gracias, EsRadio. Gracias, EsSexo. Y muchísimas gracias, Ayanta.

lunes, 22 de julio de 2013

Más mal que bien

"The claim that sex workers “sell our bodies” is not only logically absurd (I was a prostitute for years, but my body is still right here with me), but totally sexist because it is based on the notion that a woman’s sexuality is her entire worth". 

"La afirmación de que los trabajadores sexuales "vendemos nuestros cuerpos" no es sólo absurda desde un punto de vista lógico (he sido prostituta durante años, pero mi cuerpo todavía está conmigo), sino que además resulta completamente sexista porque se basa en la noción de que todo el valor de una mujer reside en su sexualidad".
Maggie McNeill, prostituta y activista



Entre todos los blogs que existen sobre prostitución el que encuentro más completo y repleto de brillantes argumentos y profundas reflexiones es el de Maggie McNeill. Si leéis inglés no podéis perdéroslo, es absolutamente extraordinario. Ya lo mencioné cuando traté el asunto de Alexis Wright, y vuelvo a hacerlo ahora debido a un reciente artículo que trata sobre uno de los escasos temas sobre la prostitución que todavía no he abordado: el de las cagadas de nuestros supuestos aliados.

Maggie me encanta por lo que dice y cómo lo dice, dispone de un agudo ingenio que expresa a través de una mordaz ironía. A veces puede resultar demasiado dura, por ejemplo comenté como en el caso anteriormente mencionado no concordaba con sus planteamientos ya que era absurdo que Alexis actuara de otra manera: si no te queda más remedio que pasar por el aro tendrás que hacerlo, no vas a suicidarte para no lograr nada. Está muy bien tener principios, pero también hay que ser realistas y no caer en la intransigencia. No podemos analizar las palabras de alguien desentendiéndonos de su contexto, si te encuentras en una situación extrema es comprensible que hagas y digas lo que de otra forma no harías ni dirías.

Pero bueno, pasemos página, no es de eso de lo que quiero hablaros hoy sino del fabuloso artículo que escribió denunciando la "ayuda envenenada" que nos prestan algunos aliados. Ella menciona en particular el desafortunado uso del lenguaje, tomando expresiones totalmente inadecuadas como la de "vender el cuerpo" pero también enumera una serie de asunciones o creencias que afianzan las posiciones de los "anti-prostitución" (que ella llama prohibicionistas). Voy a mojarme dando nombres, es necesario hacerlo. ¿Quiénes han caído en esta defensa "torpe" de la prostitución? Pues personas cuya integridad, formación y buena voluntad yo creo que están fuera de toda duda así que sus errores sólo caben ser achacados a la ignorancia como Jordi Cañas (diputado y portavoz de Ciutadans), Gloria Poyatos (abogada, autora de una tesis sobre el abordaje jurídico de la prostitución) o Concha Borrell (prostituta y presidenta de APROSEX, más conocida como Paula VIP). Ciertamente creo que están en "nuestro bando", pero también pienso que su conocimiento sobre el fenómeno de la prostitución todavía es demasiado superficial y les lleva a cometer equívocos, con gran relevancia ya que son personas que tienen una gran (relativamente) proyección mediática. A ellos les dedico este artículo, porque sé que en el fondo no quieren hacernos ningún daño hagan el favor de informarse mejor antes de abrir el pico:


Más mal que bien
18 de Julio del 2013, por Maggie McNeill
"Nadie hace tanto daño como aquellas personas que se dedican a hacer el bien"
Mandell Creighton

A menudo he escrito sobre lo importantes que son nuestros aliados en la lucha por los derechos de los trabajadores del sexo; por eso les llamo para que hablen todos los meses. Uno de los motivos para hacerlo es que los activistas somos una minoría insignificante, y otro es que necesitamos de terceros para defendernos de las inevitables acusaciones ad hominem (personales).

A menudo se nos acusa de distorsionar los hechos para dar una buena impresión, y sin importar con qué diligencia trabajemos para presentar una perspectiva equilibrada ésta es una acusación normal y creíble contra cualquiera que defienda un asunto que directamente le concierne. Por eso tener aliados es tan importante, es mucho más difícil para los anti-prostitución acallar a quienes no están implicados en el tema y simplemente apoyan la causa de las prostitutas por principios morales.

Creo que los aliados masculinos son especialmente importantes, porque la mayoría de los hombres han pagado por sexo por lo menos una vez y una parte importante de ellos lo hacen con regularidad (aunque no lo parezca por lo poco que salen a la luz pública). Espero que cuando haya hombres que se atrevan a hablar infundan a su vez coraje en otros hombres para que también vayan dando la cara.

Por desgracia, nuestros presuntos aliados tanto masculinos como femeninos tienden a perjudicar nuestra causa con deprimente frecuencia. Algunos de ellos lo hacen sin darse cuenta, al no verificar sus creencias con los trabajadores del sexo compran el discurso anti-prostitución como el mito de que la "trata" es un gran problema, la mentira de que la legalización aumenta el número de mujeres traficadas, la suposición sin fundamento de que la mera regularización (a través de licencias y registros) disminuye la explotación o la humillante afirmación de que las prostitutas padecemos más enfermedades que otras personas sexualmente activas. Ciertos de estos aliados sostienen buenos argumentos contra la criminalización de la prostitución, pero se sienten empujados a insistir en que la rechazan, u opinan que las prostitutas llevamos una "vida inmoral". No es ésta la defensa que necesitamos. Los hay que incluso vomitan asquerosas frases hechas que nos niegan toda posibilidad de autodeterminación como "ninguna mujer nace para puta" o "se debería perseguir a las mafias". Pero incluso aquellos que no caen en los más flagrantes errores e insultos a menudo emplean el increíblemente insultante término de "vender sus cuerpos". Recientemente leí un ensayo en el cual su autor (que claramente era partidario de descriminalizar la prostitución) usó la frase "alquilar sus cuerpos para el sexo". Dado que esta increíblemente desafortunada expresión es tan común y tan absurdamente insultante para cualquier trabajador sexual, creo que es el momento preciso de que la erradiquemos para siempre de nuestro vocabulario.

Una de las estrategias destinadas a desposeer de su autodeterminación (también conocida como "capacidad de agencia") a las prostitutas es presentarlas como seres pasivos, incapaces de hacer nada por su propia voluntad. Es frecuente que las ONGs abolicionistas, subvencionadas por las administraciones públicas, emprendan campañas en este sentido: el maniquí de la imagen es "Vicky", que pretendía representar a una prostituta. Tales iniciativas, al igual que la terminología empleada por el abolicionismo ("vender el cuerpo", "mujeres prostituidas", "esclavitud sel siglo XXI"), ofenden gravemente tanto a las prostitutas como a sus clientes y no reflejan la realidad sino la estrechez mental y el ciego dogmatismo de sus autores.



Mi mejor argumento contra esta dichosa frase fue probablemente el que dí hace tiempo para un periódico, y jamás me habría acordado de él si un lector no lo hubiese conservado:

La afirmación de que los trabajadores sexuales "vendemos nuestros cuerpos" no es sólo absurda desde un punto de vista lógico (he sido prostituta durante años, pero mi cuerpo todavía está conmigo), sino que además resulta completamente sexista porque se basa en la noción de que todo el valor de una mujer reside en su sexualidad. Detrás de esa expresión se halla la creencia de que, ya que una mujer no tiene nada de valor que ofrecer salvo su sexo, si lo "vende" es que "ella misma se ha vendido" y no la queda nada. Lo cierto es que los activistas pro-prostitución usan esta expresión muy a menudo y eso dice mucho de ellos.

Por supuesto éste es el mismo pernicioso y humillante concepto sobre el valor de una mujer que está detrás de la horrible creencia de que la violación es un "destino peor que la muerte", del cual una mujer jamás, en ninguna circunstancia, puede recuperarse. Aquellos que prefieran mi habitual ironía contra esta terminología feminista pueden disfrutar de la demoledora reflexión que hice hará un par de meses:

Casi resulta tan duro que algunas personas crean en serio que tras una transacción comercial las prostitutas se conviertan en entes espirituales (después de todo, cuando alguien "vende" algo el comprador generalmente se lo lleva consigo) quienes entonces, presumiblemente, se reencarnan como el Dalai Lama y regresan al burdel para "vender" de nuevo sus instantáneamente renacidos y nuevos cuerpos. Una se pregunta qué les sucede a todos esos viejos cuerpos; supongo que una vez que los hombres hayan acabado con ellos les tirarán por el retrete.

Ahora bien, mis objeciones no son sobre el término "vender" o "alquilar" sino sobre el empleo de la palabra "cuerpo" en vez de "servicios" pues ésto es lo que encierra un gran significado. La idea de que el sexo únicamente requiere el cuerpo de una mujer y no su mente es tan absurda como la parte de la "venta" e insulta tanto a las prostitutas como a sus clientes: a las prostitutas porque son ignorados sus auténticos talentos y habilidades, siendo devaluados y reducidos a la mera presencia física, y a los clientes porque se les presenta como necrófilos u hombres desesperados que pueden satisfacerse plenamente con muñecas inertes.  Cualquier mujer que crea que los hombres se satisfacen nada más que con cuerpos tiene verdaderos problemas, y cualquier hombre que piense así... bueno, no vayamos por ese camino. Está claro que ninguno de ellos jamás ha leído una reseña de una escort que actúe de esa manera, e igualmente está claro que tales creencias dicen mucho más sobre sus propias expectativas (si son hombres) y comportamiento en el dormitorio (en caso de ser mujeres) que sobre las trabajadoras sexuales y clientas que insultan y menosprecian con el uso de semejantes expresiones.

Amigos, verdaderamente apreciamos vuestros deseos de ayudarnos y la diosa Afrodita sabe que necesitamos desesperadamente vuestra colaboración especialmente en estos momentos en los que la cruzada para exterminarnos es más intensa que lo que jamás ha sido. Pero si lo que vais a hacer es esparcir propaganda abolicionista, parad de decir en el acto que nuestro trabajo es válido, negad nuestra autodeterminación y elecciones y emplead estúpidas expresiones que perpetúan dañinos e ignorantes estreotipos sobre nosotras, nuestros clientes y nuestro entorno. Seguramente sea mejor si os apartáis y mantenéis vuestra boca cerrada porque nos estáis haciendo más mal que bien.




July 18, 2013 by Maggie McNeill
No people do so much harm as those who go about doing good.
-Mandell Creighton


I’ve often written about how important allies are in the struggle for sex worker rights; it’s why I call for them to speak out every Friday the 13th.  One of the reasons is that we’re an awfully small minority, and another is that we need third parties to fend off the inevitable circumstance ad hominem accusations:

…we’re often accused of distorting facts to make ourselves look good, and no matter how assiduously we work to present a balanced view this is a natural and credible accusation against anyone who advocates for some issue which directly concerns her.  That’s why allies are so important; it’s much harder for the prohibitionists to shout down people who don’t have a dog in the fight, but merely support prostitutes’ rights on moral grounds.

I think male allies are especially important, because the majority of men have directly paid for sex at least once and a sizable minority do so regularly, yet one wouldn’t know it by listening to the public discourse; vocal male allies help to give other men the courage to speak out.

Unfortunately, both male and female would-be allies tend to undermine our cause with depressing regularity.  Some of them do this inadvertently, by failing to check their facts with sex workers and thereby buying into prohibitionist talking points such as the myth that “sex trafficking” is a huge problem, the naïve belief that the police can be trusted to “manage” sex workers, the lie that legalization increases “trafficking”, the ill-considered notion that licensing and registration decrease exploitation  or the demeaning canard that we have more diseases than other non-celibates.  Some make good arguments against criminalization, but feel compelled to insist that they disapprove of sex work, or opine that we live an “immoral lifestyle”, and they’re only defending us on principle.  And some even vomit out agency-negating poison like “People don’t choose to become prostitutes”  or “they should go after the pimps”.  But even the ones who commit none of the more egregious errors and insults will often use the incredibly-insulting phrase “selling their bodies”; I recently saw an essay in which the writer (who was clearly pro-decriminalization) used the phrase “rent out their bodies for sex.”  And because that incredibly stupid expression is so very common and so incredibly insulting to literally everyone, I think it’s high time we purge it from polite use, preferably with fire.

Otra campaña contra la prostitución que abunda en esta idea que tanto critica Maggie, la de presentar a la mujer como un objeto en venta al igual que la ternera, el pollo, la naranja y el tomate. El común denominador de tales "productos" es que son INERTES, no pueden decidir ni quién los compra ni en qué condiciones lo hace. Pues bien, éste es el concepto que parecen tener las Juventudes Socialistas sobre la mujer. Luego claro, no me extraña que su partido sea el de la Leyre Pajín, la Bibiana Aído o la Magdalena Álvarez. Va quedando todo claro.



My most succinct argument against the phrase was probably this one I made on a newspaper story some time ago, and would never have remembered had a reader not immortalized it on Tumblr and recently tweeted the link:

The claim that sex workers “sell our bodies” is not only logically absurd (I was a prostitute for years, but my body is still right here with me), but totally sexist because it is based on the notion that a woman’s sexuality is her entire worth. The belief behind this expression is that since a woman has nothing of value to offer except her sexuality, if she “sells” that she has “sold herself” and there is nothing left.  The fact that anti-sex worker activists use this expression so often says a lot about them.

This is of course the same pernicious and demeaning concept of a woman’s worth which lurks behind the horrible belief that rape is a “fate worse than death” from which a woman can never, ever recover.  Those who prefer my mocking idiocy to getting sort of feministy over it may like this more outre demolition of the phrase from two months ago:

It’s almost as though some people actually believe that after one transaction whores become spiritual beings (after all, when one “sells” something the buyer generally takes it with him when he leaves) who then, presumably, reincarnate like the Dalai Lama and return to the brothel to “sell” their instantly-grown, identical new bodies again.  One wonders what happens to all the old bodies, however; I reckon once the men are done with them, they flush them down the loo like unwanted goldfish or “child sex slaves”.

Now, my objections to the word “selling” don’t apply to the word “renting”, but the use of the word “body” to mean “services” conjures a whole host of issues on its own.  The idea that sex requires only a woman’s body and not her mind is just as absurd as the “selling” part, and insults both whores and clients: whores because the very real talents and skills we bring to our craft is ignored, devalued and reduced to mere physical presence; clients because it essentially casts them as necrophiles or desperate men who can be wholly satisfied with inert dolls.  Any woman who believes that men are satisfied with a girl who does little more than show up has some deep issues with men, and any man who believes it…well, let’s not go there.  It’s clear that neither of them has ever read a review of an escort who acts that way, and equally clear that such beliefs say far more about their own expectations (if male) and bedroom behavior (if female) than about the sex workers and clients they insult and demean by the use of such expressions.

Allies, we really appreciate your wanting to help us, and Aphrodite knows we really need your help, especially these days when the crusade to exterminate us is running hotter than it has in a century.  But if you’re going to spout prohibitionist propaganda, stop short of saying that our work is valid work, refuse to respect our agency and choices and use moronic expressions which perpetuate harmful, ignorant stereotypes about us, our clients and our associates, it’s probably better if you just go away and keep your mouth shut, because you’re doing more harm than good.

miércoles, 17 de julio de 2013

Música: lakra sozial

Los abusos que se cometen contra las prostitutas y su entorno encuentran su legitimación en la construcción cultural de la prostitución como una actividad molesta, dañina e indeseable. Ciertamente cualquier actividad humana puede ocasionar perjuicios, pero pocas se consideran tan consustancialmente negativas como ésta. Parece como si estuviese indisolublemente unida a toda clase de males, que provocasen que en vez de combatir los efectos indeseados o externalidades que se le atribuyen se hiciese necesario acabar directamente con ella. Así vemos que se suele hablar de "erradicarla" como si fuese una plaga, "extirparla" cual tumor o de zonas "azotadas" por ella al igual que si sufriesen una catástrofe natural.

Semejante discurso no es para nada inocente, ya que como suele decirse "el lenguaje construye la realidad": si cada vez que abrimos un periódico o encendemos la televisión lo que vemos reflejado es una imagen tan negativa de la prostitución ¿cómo vamos a tener una visión amable, o incluso no abiertamente negativa, de ella? Luego las femilistas van y preguntan que a ver qué padre desearía que su hija fuese puta o qué niña diría que quiere trabajar en esto de mayor. Pero bueno, contando con semejante prensa es que hasta cortarse las venas parecería mejor.

¿Mala imagen? ¿Que la prostitución da mala imagen? Pero si yo lo que veo aquí es un paisaje colorido y cachondeo de padre y muy señor mío. ¿Qué dices? ¿Que son unas guarras? Mira lo que te responde, ven y chupa de aquí un poco.



Es más, tal hostilidad hacia la prostitución adquiere un tinte casi belicista cuando se habla de "ganarle la batalla" o "combatirla". Pasamos ya a palabras mayores, a un enfrentamiento abierto y declarado. ¿Pero qué es la "prostitución"? Quien sufre esta persecución no es un abstracto, sino personas concretas y reales. Mayoritariamente las prostitutas que son quienes están ahí al pié del cañón, se habla mucho de ajustarles las cuentas a clientes y proxenetas (en su jerga, "prostituidores") pero al final son ellas quienes acaban pagando el pato. Resultan un blanco demasiado fácil como para desaprovecharlo y suelen convertirse en el objetivo de todas las iras desatadas por políticos, vecinos y periodistas sin escrúpulos. Son ellas a quienes las multan, a quienes las insultan, a quienes las graban sin su consentimiento. Luchar contra la prostitución significa luchar contra las putas, todas las medidas con tal fin lo que se proponen es "sacarlas de la calle".

Estas barrabasadas no sólo no causan rechazo social sino que muy a menudo son justificadas, cuando no aplaudidas, por determinados medios y no pocos dirigentes políticos. Las prostitutas son juzgadas y condenadas simultáneamente, su propia condición conlleva su culpabilidad y se considera que no tienen ni derecho a "estar ahí": ellas vendrían a ser una especie de cuerpo extraño que hace falta extraer de los barrios y hasta del planeta, a ser posible. Se conciben como seres (deliberadamente no empleo el término personas, porque no las consideran como tales) al margen de la sociedad, que además no pueden integrarse en ella y que deben marcharse para que las calles recobren su "dignidad". ¿Pero a dónde van? Ni lo dicen ni les importa, porque si por algunos fuera las exterminarían. Al igual que a todo el resto de "lacra social" como vagabundos o yonkis, sencillamente hay quienes piensan que no tienen derecho a existir, que no deben vivir. Y no me extralimito un pelo, las prácticas abusivas de nuestras autoridades (insultos, amenazas, palizas, extorsiones, detenciones ilegales y violaciones, entre otras) son consecuencia de esta consideración de infra-seres que tienen las putas, particularmente las callejeras. Incluso en algunos países se han llegado a formar escuadrones paramilitares de "limpieza social" (exterminio) para acabar a punta de bala con gamines, basuqueros, travelos, maricones y putas.

Sirvan como ejemplo el par de reportajes que os traigo, de un programa de seriedad y rigor acreditados como el de Ana Rosa de Telecirco (marujeo del fino, oigan). El primero titulado "DELINCUENCIA EN LAS RAMBLAS: drogas, robos y prostitución en Barcelona", y el segundo "DEGRADACIÓN MADRID CENTRO: prostitución, indigencia, suciedad y drogas". Sé que aguantar la publi es un poco coñazo, pero os aseguro que merecen la pena. Ahí meten tó junto, pal saco, toa la mierda pallá. No, no crean que relacionan la prostitución con el turismo o con el ocio nocturno: DELINCUENCIA Y DEGRADACIÓN. Bravo, Ana Rosa, bravísimo. Telemierda en estado puro. Las putas callejeras van en el lote de los camellos, los sin techo, los carteristas y los guarros que se mean en las esquinas... pero a quienes más sacan es a ellas, vaya por Dios.




El de Barna se pone a criminalizar una serie de actividades como vender cervezas en la calle, hacer botellón, prostituirse, los juegos de azar... lo que desea la sociedad pero el intrusivo poder público rechaza. Es "ilegal" lo que hace la gente para buscarse la vida un poquillo pero los crímenes perpetrados por las autoridades son sistemáticamente silenciados, fantástico. Las putas son las malas, las acosadoras y ladronas mientras "los vecinos son los auténticos sufridores de esta calle sin ley: tienen miedo" y "los comerciantes de la zona se sienten vulnerables". Venga ya, menudo periodismo más parcial y vomitivo.

Y el de Madrid es magnífico, se buscan a una vecina para que hable mal de las putas. Vamos a hacer sangre, jajaja. Va la tía y dice que "el problema no son las prostitutas", pues no va el reportero dicharachero y la corrige: "bueno, ella achaca el problema a las prostitutas". Que no, cabezón, pero hay que buscar el sensacionalismo ¿verdad? Dale con eso de "vender su cuerpo en plena calle", la de daño que han hecho los eslóganes abolicionistas. ¿A quién se ve follando en la calle en Madrid? ¿A QUIÉN? Con el cliente HABLAN, coquetean, negocian, si les cae bien se toman algo y si no le quieren ver le mandan a la mierda. En medio de la calle se pasean, y resultan tan "escandalosas" como la mujer a quien entrevista. Vale, algunas van en minifalda pero... ¿y las chicas que van de fiesta? No enseñan nada que las demás no muestren.

Ay, qué descocadas las putas que van enseñándolo todo. A ver, señora, son PROSTITUTAS porque cobran, putas son las que lo dan de gratix. Y ya que saca el tema mire a ver cómo se viste la PUTIFINA de su hija cada viernes que sale de marchuqui, que va más pintada que los clowns del circo.



El pavo está decidido a enfrentar a las putas con los vecinos y transmitir el mensaje de que no pintan nada allí. ¿Por qué trabajan en el centro? Si te lo digo yo, melón, obviamente porque hay clientes (atención feminazis, ellas BUSCAN a los clientes) y disponen de toda una infraestructura como pensiones para atenderse, bingos y salas de juego para pasar el rato, bares y restaurantes para comer y, además, es una zona muy bien comunicada. ¿Por qué cualquier negocio busca estar en el centro? Porque va a tener mayor clientela que en las afueras. Luego, claro, dentro del centro hay zonas y las callejuelas al otro lado de Gran Vía están más resguardadas de la vista que la Montera donde cualquier capullo te graba y lo cuelga en internete. "Mira, mamá, una puta... hahaha". No son retrasados, lo siguiente. Iba diciendo que expone el gran problema de que algunos vecinos (que no muchos, porque la mayoría conviven con las chicas sin mayores problemas) estén en contra de que enfrente de sus comercios haya mujeres que "venden su cuerpo". Muy bien, en primer lugar ellas estaban ANTES de que se abrieran esos negocios de Triball y en segundo ¿qué molestias les causan? ¿El problema es de las putas o de su intolerancia? También hay racistas, homófobos y misóginos y no se les da la razón a ellos sino a sus víctimas. ¿Por qué en esta caso la sociedad se pone de parte de quien discrimina y no de quien es discriminado/a? Vamos a razonar un poquito, resulta que sacan a una señora diciendo que en su barrio hay mucho gitano, mucho "moreno" o mucho "mohamed" y que eso es una vergüenza, que aunque ellos no son el problema porque aunque todavía la ha pasado nada con estos de piel tan oscura nunca sabe y, además, dan muy mala imagen al barrio. Joder, es que nos apalean y encima tenemos que pedir perdón. Yo no lo entiendo.

La señora tendría que explicar qué es lo que "hay alrededor" que tanto la molesta porque, por sus explicaciones, únicamente se infiere que es su presencia, que vayan como unas descocadas. La "moral pública", ese decimonónico concepto que afortunadamente nuestro código penal no considera un bien jurídico a proteger aunque sí lo hacen las ordenanzas municipales de varios ayuntamientos bajo otras denominaciones ("convivencia" y "civismo" lo llaman). ¿Qué tienen que ver las chicas con las drogas, los indigentes y la suciedad? Pues que todo esto es considerado MIERDA por la sociedad bienpensante. A eso se refiere con lo de que "da una imagen horrorosa de una ciudad". Tú si que das una imagen horrorosa, cara sapo. No sobran putas, sobran intransigentes.

Siempre se critica lo que hacen las putas pero no qué hay detrás de su escandaloso proceder. ¿Algunas roban? Sí, pero lo hacen porque no han sacado suficiente y tienen que pagar a la policía (los únicos chulos que hay, como se decía en el documental de hace dos días). ¿En la boquería tuvieron sexo en la calle? Claro, después de quedarse sin sitios para trabajar por obra y gracia del alcalde. ¿Dejan los descampados hechos una mierda? Claro, no las dejan trabajar en prostíbulos (la imagen de arriba es de Italia, donde están prohibidos) y no ponen una triste papelera pues qué quieren, no se van a fumar los condones. Pidan responsabilidades a las autoridades, no a las putas.



Sobre este tema es el que versa la canción que he escogido, punk del güeno, costra y descarado como la prostitución callejera. Lo cierto es que si uno lo piensa un poco el puterío sería la forma de vida perfecta para un/a anarcopunk: mucho vicio, autogestionado (trabajar cuando te salga de la castaña, vamos), sin jefes ni horarios, sin pagar impuestos (en principio) y mal considerado socialmente (pero a un antisistema esto se la sopla). Coño, si es por esto por lo que me gustan las putas, porque viven de espaldas a una sociedad hipócrita, clasista y necia que aborrezco. Son las personas más auténticas que he encontrado, con quien se puede ser uno mismo. Creo que ésto es lo que más temen, nuestro no sometimiento a las normas, nuestra LIBERTAD. Joder, que viva el punk y las putas y UNA MIERDA PA ELLOS.




LAKRA SOZIAL - ANIMALES MUERTOS

¡¡¡Lacra social!!!
Soy una lacra social,
un elemento a exterminar.
Nunca hago nada bueno
pa esta puerca sociedad.
Nunca hago nada bueno
que tenga que demostrar.

Porque (a) la policía
exterminaría.
Porque los gobernantes
son todos unos farsantes.
Porque el puto clero
se lleva todo el dinero.
Y porque me sale de los huevos
¡de los huevos!

Soy una lacra social,
un elemento a exterminar.
Nunca hago nada bueno
pa esta puerca sociedad.
Nunca hago nada bueno
que tenga que demostrar.

Porque (a) la policía
exterminaría.
Porque los gobernantes
son todos unos farsantes.
Porque el puto clero
se lleva todo el dinero.
Y porque me sale de los huevos
¡de los huevos!

¡Yeeearghhh!

lunes, 15 de julio de 2013

Las prostitutas con voz propia en "oscuros portales"

"Yo soy abolicionista (...) creo que la idea clara que hemos de tener es que eso (la prostitución) no es admisible en el siglo XXI, admitir que a personas les peguen, les fuercen, les obliguen, les lleven de un lado a otro yo creo que eso es inadmisible".
Xavier Trias, actual alcalde de Barcelona (CiU) y entonces consejero

"Nosotras no estamos de acuerdo con los barrios rojos".
Pilar Vallugera, regidora de mujer y derechos civiles del Ayuntamiento de Barcelona (ERC)

"No nos vais a sacar de la calle. Porque no nos da la gana". 
Una prostituta, desafiante

Arriba la golfería y mierda pa toa la policía. Sí señor, y con orgullo lo digo”.
Otra prostituta, orgullosa

“Las mujeres que ejercemos la prostitución en ciutat vella estamos cansadas de la constante violencia por parte de la guardia urbana: insultos, amenazas, persecución y acoso. Reclamamos seguridad, respeto y libertad”.
Prostituta manifestándose

“Aquí lo único que hay que eliminar es que la pulicía está muy corrupta porque ellos son los primeros proxenetas que hay, que hay en este barrio, ¿mentiendes? (...) Aquí hay policías que están cobrando de las chicas un canon que les dan para no llevarlas arrestadas”.
Viejito, presumiblemente cliente de las chicas



Prácticamente todo el mundo -desde feministas a responsables políticos pasando por periodistas, académicos, trabajadores sociales, etc- dice que hace falta escuchar a las prostitutas dando a entender cómo, al hacerlo, podrá comprobarse que sus tesis son corroboradas por estas mujeres. Pues vais a oírlas como que me hago llamar Cliente X.

Lo cierto es que contar con el testimonio de las propias interesadas ya te sitúa en el debate, ya que a pesar de toda la retórica en la realidad son muchos los libros que se escriben, las conferencias que se imparten y las películas que se ruedan sobre el tema en los que las prostitutas están totalmente ausentes. Compruébenlo. Desde el sector "anti-prostitución" verán cómo la perspectiva que se nos muestra es la de aquellos "expertos" como políticos, periodistas especializados, fiscales, policías y feministas que dicen conocer este fenómeno. Como mucho en alguna ocasión pueden ofrecer el brevísimo testimonio pregrabado de una supuesta prostituta que respalda sus afirmaciones, y que nunca es entrevistada en profundidad. Por el contrario los "pro-prostitución" llegan a meterse en las alcobas de las chicas, se van de cañas con ellas y nos muestran su día a día. Desde luego es muy notable el fortísimo contraste entre la visión que nos ofrecen unos y otros, ambas resultan dramáticas y preocupantes pero por motivos muy distintos: los problemas que denuncian resultan diametralmente opuestos. ¿Cómo es posible?

Nadie mejor que las propias prostitutas para dar a conocer sus reivindicaciones. Este documental quiere enseñárselas sin ningún tipo de censura, van a oírlas en toda su crudeza. ¿Están preparados? 



El director de este documental, Falconetti Peña, ha apostado por exponer las contradicciones existentes entre lo que dicen las prostitutas y los políticos que -por supuesto- dicen trabajar a su favor. Sus declaraciones, sus soluciones, sus MUNDOS chocan frontalmente. Es la contraposición entre la calle y la moqueta: las putas hablando en lenguaje llano y popular, y los politicastros embrollando de manera tan artificial. ¿Y qué me dicen sobre los problemas reales que afectan a las chicas? No tienen más que atender a lo que dicen.

Para mí las putas representan la antítesis de los políticos: son personas que se ganan la vida HONRADAMENTE haciendo mejor la vida al prójimo en vez de darle problemas de continuo, su vida la rige el mercado y la competencia en lugar de la coacción e imposición (por tanto tienen todos los incentivos para ser buenas personas y no mala gente como nuestras autoridades) y, sobre todo, hablan claramente al revés que los politicastros que andan enredando todo el rato. Es algo que tengo muy claro pero que cuesta mucho hacer entender. Sin embargo espero lograrlo gracias a este documental, que precisamente se centra en los discursos de las meretrices. A diferencia de los que normalmente nos muestran las grandes cadenas en los cuáles el reportero de turno se acerca a las putas como si fuesen marcianas y no logra sacarlas más que un "vete a la mierda", los realizadores de este reportaje convivieron con ellas ganándose la suficiente confianza como para que les contasen las cosas abiertamente. Así se hacen las cosas, coño.

Vamos a verlo y comentarlo:




Si tuviese que escoger un sólo documental para dar a conocer la prostitución, elegiría éste. Mira que sus autores confiesan sostener una perspectiva de la que actualmente me hallo en las antípodas (el comunismo), pero un buen trabajo es un buen trabajo, lo haga quien lo haga. ¿Por qué es tan bueno? Como he repetido por activa y por pasiva, la única manera de saber sobre prostitución es acercándose a ella y en particular a las prostitutas que son sus protagonistas indiscutibles. Aquí las respetan, las escuchan e incluso, vaya, diría que las quieren. Compárenlo con el trato que reciben en otros reportajes, por ejemplo el de "Esclavas sexuales" de la Sexta o el de "Cabeza de cerdo" de Antena 3. Nada que ver. Obviamente no va a contar con el apoyo del establishment ni la amplia difusión de los falsimierda pero ése es el precio que hay que pagar por ser independiente y buscar la verdad.

Como verán, las chicas suelen tener sus piques pero en el fondo se llevan bien y más cuando existe una amenaza común. Denuncian que la gente piense cosas que no son debido a escándalos que dan mala imagen de la prostitución, generalmente difundidos por medios sensacionalistas o poco éticos como la Vanguardia (pero también El País, recordemos las famosas fotos de la boquería) y que espolean la alarma social a la vez que legitiman toda una serie de medidas represivas destinadas a "limpiar" la ciudad de putas, mendigos, yonkis y demás lacra social.

Vamos a ver, los derechos de las prostitutas no las incumben sólo a ellas sino también a cualquier persona. Al igual que el abuso cometido contra un inmigrante, un homosexual, un hispanoablante o un católico (pongo ejemplos muy diversos para que me entiendan personas de distintas sensibilidades y orientaciones políticas). No estamos hablando de putas, sino de seres humanos de quienes se está abusando. ¿Por qué defenderlas? Porque tú también te estás favoreciendo a ti mismo: si conseguimos una sociedad más tolerante lo será para todos, si logramos limitar el poder y discrecionalidad de nuestros gobernantes todos nos beneficiaremos, si queremos que exista justicia debemos luchar contra cualquier injusticia.



No obstante, lo que me llama más la atención (y mira que uno debería estar ya acostumbrado y curado de espantos) es la chulería y el engreimiento con que hablan los políticos. Se nota que se sienten superiores a nosotros, que les importamos menos que la mierda que se les pega en los zapatos. Ahí la señora Vallunguera de risas que parece que venga de tomarse unos cubatas, el Trías diciéndole a la señora que ha de buscarse otro trabajo (¿y por qué no se lo busca usted?, habría sido mi respuesta) y el conde de Godó leyendo un soponífero discurso con una escoba metida en el culo porque de otra forma no me explico cómo se puede ser tan estirado. Es que me ponen malo, van de respetables y es a quienes habría que perseguir, multar y pitar por la calle (al final del filme una de las meretrices propone medidas todavía más expeditivas que la verdad el cuerpo se las pide a uno). Va recorriendo todo el arco parlamentario y se encuentra con que ningún partido apoya a las putas, da igual que sea de izquierdas o de derechas, centralista o independentista, esté en el gobierno o en la oposición. ¿Pero ésto que es? ¿Cómo puede ser que en este tema ningún partido mantenga una postura diferente (bueno, ahora lo hace Ciutadans, que son unos auténticos antisistema)?

Si fuera comunista, diría que es un conflicto de clase ¡qué coño, ES un conflicto de clase! De la clase política contra la ciudadanía, se muestra con meridiana claridad la existencia de dos barcelonas: la oficial y la real. Es el pueblo contra los políticos, los que se preocupan por llegar a fin de mes y los que saben que siempre estarán colocados. ¿Cómo pueden pretender representarnos si viven una existencia tan distinta a la nuestra?

En lo que respecta a los problemas de las prostitutas, muchas cuentan -como todos sabemos- que lo hacen "por una necesidad". El problema es que eso ya las coloca en una situación de TRATA, de acuerdo a la definición que emplean nuestras autoridades, y conlleva que se ponga en marcha todo un protocolo de actuación que acaba lesionando sus derechos (para empezar se considera que el que manifieste voluntariedad es "irrelevante"). También es cierto que "unas cuantas vienen aquí por gusto", y esto no es la invención de un putero que se lo tiene muy creído sino lo que nos cuenta la chica. Joder, hay tías que se lo pasan muy bien en esto y no creo que uno sea un machista por decirlo. Pero de todos los puntos que va tocando el documental hay dos que han fijado mi atención. El primero es el rechazo social que provocan entre un sector de la población, que llega a manifestarse contra ellas al grito de "fuera putas" y declarando que su mera existencia es una vergüenza y una provocación y que todo lo que las pase "se lo merecen, por guarras"; y el segundo son sus repetidas y abiertas quejas de la policía. Algo que es innegable es la tremenda presencia policial existente en las zonas de prostitución y uno se pregunta ¿por qué? ¿Para protegerlas y detener a los proxenetas? Desde luego los chulos tendrían que ser o muy temerarios o muy hábiles para poder delinquir donde hay presencia policial las 24 horas. O quizá... ¿qué nos cuentan las chicas y sus clientes? ¿Que quiénes son los chulos? No fastidies. Eso lo explicaría todo...

En este documental las prostitutas no parecen agradecer mucho las actuaciones que las autoridades, en concreto los mossos, desempeñan. Denuncian que padecen una serie de abusos como insultos, amenazas, agresiones, extorsiones, violaciones... Pero bueno, como los medios oficiales no nos cuentan nada de esto quizás no sea cierto, ¿o no? (como diría el mudo de la Moncloa).



Nuevamente lo que te cuenta cualquier que conozca este mundo por dentro es que, efectivamente, las prostitutas son víctimas de una constante serie de abusos, extorsiones y actos violentos pero... perpetrados por la policía. El viejito no puede decirlo más claro, "la pulicía (sic, será la policía de la PULA, jajaja) son los primeros proxenetas que hay en este barrio". Y resulta que son los políticos quienes, por medio de ordenanzas, les están dando mayor poder para cometer estos excesos. Da igual lo que se les diga, estoy convencido de que saben perfectamente lo que ocurre. Cuentan que le presentaron a Pilar Vallunguera a varias chicas rumanas (si abusan de las de aquí, de las extranjeras ni os cuento) para que la relatasen de primera mano hechos preocupantes como "las extorsiones y abusos sexuales por parte de algunos guardias urbanos que las obligaban a subir a sus vehículos policiales y se las llevaban a las montañas de Montjuic" (todo esto lo tienen en el vídeo). Coño, los hechos denunciados me parecen suficientemente graves como para que se investiguen, digo yo. Además este tipo de historias se presentan con tal frecuencia que cabe pensar que difícilmente sean invenciones. ¿Qué hizo esta política, supuesta defensora de las mujeres? Silenciar esta información y presidir sin menor empacho el día contra la violencia de género en el ayuntamiento de Barcelona. Con toda la jeta dijo “por lo que yo sé, la actuación de la Guardia Urbana es correcta. Ahora, usted dice que ha pasado eso (denuncia de un abuso), pues YA NOS LO MIRAREMOS”. Si, si, ya lo mirarán. Y hasta hoy. Como anécdota os contaré que cuando la invité al blog me respondió con la siguiente respuesta: "Aquest és un correu professional. No sé d’on l’ha tret però li demano que l’esborri immediatament. Gràcies". Que lo que les pase a las putas se la peeela, pero eso sí para hacer declaraciones rimbombantes y pasearse por actos solidarios son los primeros. Pero qué hipócritas son y QUÉ ASCO ME DAN.

Lo mismo sucede con las agresiones a la "chica morena" quien asegura que la pegaron dos policías con las porras y que en la comisaría no puede denunciar debido a un (mal entendido) compañerismo policial. A ver, si soy tan pesadito con el asunto de la policía es porque es lo que cuentan las chicas. También en el documental han dado gran protagonismo a estos testimonios y considero que es lo que realmente nos debería alarmar. Eso y la opinión que tienen sobre las ONGs que trabajan con ellas, a quienes las propias chicas califican de "ESTAFADORAS". Joder, es lo que mismo que yo digo. O mejor dicho, yo digo lo mismo que ellas. Si es que no tenéis más que escucharlas como he hecho yo o los autores de este reportaje, no es tan difícil. También podéis hacer a la inversa, es decir, atended a lo que dicen los políticos: pues las putas quieren lo contrario. Que dicen que quieren combatir la "trata", pues ellas que no porque eso significa medidas represivas encubiertas. Que hay que "ayudarlas" a salir de la prostitución, "reinsertarlas", pues tampoco porque significa que quieren echarlas y lo hacen a las bravas precarizando su situación. Que piden mayor presencia policial, ¡no, por favor, más proxenetas no!, como ven las chicas no identifican la policía con protección y seguridad sino con "insultos, amenazas, persecución y acoso" (en palabras de una de ellas). Si realmente se quisiera hacer algo por ellas lo primerísimo sería escucharlas, cualquiera de esos benefactores de putas a quienes nadie ha pedido su ayuda harían bien en comenzar por verse este documental para que al menos supiesen un poco cómo es su situación y cuáles son las principales preocupaciones de las mujeres que se prostituyen.

sábado, 13 de julio de 2013

Música: por ser del arrabal

En breve comenzaré una serie de entradas sobre el rechazo y desprecio que padecen las prostitutas, en particular las que captan a su clientela en la calle. Generalmente pongo las canciones relacionadas con un tema al final, pero en esta ocasión lo haré al principio a ver si os gusta el cambio y para iros introduciendo en materia. He escogido un magnífico pero, al parecer, relativamente desconocido bolero (de ahí que esté en goear y no en youtube) cantado por Francisca Viveros Barradas alias "Paquita la del Barrio".

La letra es sencilla y muy directa, supone una crítica a quienes hablan mal de ella "tan sólo porque va vendiendo sus caricias", sigue razonando en tono lastimero que a ellos no les importa "su desgracia, su derrota" (ahí tenemos una visión negativa de la prostitución pero que me parece valiosa por eso que las feministas llaman la "revictimización": si tan "víctimas" son, no contribuyamos a empeorar su situación). Finaliza señalando que los auténticos culpables, quienes actúan mal, son las personas que condenan la prostitución. De ellas proviene todo ese mal que rodea esta actividad, es una creación suya, está en su puta cabeza enferma.

Una de las principales molestias que afrontan quienes trabajan en prostitución es lo mal vista que está por la sociedad, lo que llamamos "el estigma (de puta)". Quienes pretendemos la normalización social de este oficio creemos sinceramente que muchos de los problemas asociados a él tienen solución ya que serían creaciones culturales, sociales y legales totalmente artificiales, que no son consustanciales al trabajo sexual.



POR SER DEL ARRABAL - PAQUITA LA DEL BARRIO
(Al pinchar en el título de la canción pueden escucharla, es mejor si la abren en una nueva ventana)

Por ser del arrabal cualquiera me desprecia,
tan sólo porque voy vendiendo mis caricias.

Que soy mala mujer, dice la gente.
Que frío es mi corazón, que nada siente.

Si soy mala mujer, ¿qué les importa?
¿Por qué han de criticar, la desgracia fatal, de mi derrota?

Deben de comprender que su mal proceder fue mi deshonra,
y que hoy por ellos voy envuelta en la maldad que les asombra.

Si soy mala mujer, ¿qué les importa?
¿Por qué han de criticar, la desgracia fatal, de mi derrota?

Deben de comprender que su mal proceder fue mi deshonra,
y que hoy por ellos voy envuelta en la maldad que les asombra.

jueves, 11 de julio de 2013

Entrevista a Sara Ibarrola, ex-directora del INAI

"En Hetaira creemos que hablar exclusivamente de 'violencia de género' o de 'esclavitud sexual' es utilizar conceptos que tienen grandes resonancias emocionales pero que no sirven para actuar sobre la realidad concreta. Es más, la experiencia nos demuestra que está sirviendo para una mayor criminalización de las prostitutas".
Cristina Garaizábal, psicóloga - Colectivo HETAIRA



Una de cal y otra de arena. No deseo ser acusado de parcialidad, siempre he dicho que de prostitución han de hablar las prostitutas... y las que que no lo son. En cuanto más amplio y plural sea el debate, más enriquecedor será. Pero éste no se produce, cada uno se atrinchera en sus posiciones como si le fuera la vida en ello, me diréis. Cierto, por eso os lo traigo servido a la mesa.

La gran oposición al discurso de las prostitutas proviene de nuestras instituciones públicas, que ven en la prostitución un "mal" a combatir. El punto de partida siempre es el mismo, considerar la prostitución como algo intrínsecamente perverso en todo momento y circunstancia: su "esencia" sería la violencia, la discriminación a la mujer, la desigualdad, la pérdida de dignidad, las "mafias de la trata"... los mil y un horrores, vamos. El cuento del coco. Claro, semejante perspectiva choca frontalmente con la de las prostitutas y entonces es necesario comenzar a construir justificaciones para invalidar sus palabras: que si sufren de falsa conciencia, que si han quedado tocadas y trastornadas por las violaciones sistemáticas, que en realidad quieren ser "rescatadas" pero ahora no lo saben, que no pueden hacer otra cosa por miedo a los "chulos" y que son éstos quienes les dictan lo que han de decir, que si son unas traidoras a las mujeres y aliadas del patriarcado... Bueno, gansadas para parar un tren. Señores (es un decir) políticos, ustedes o bien no han escuchado a las prostitutas o, si lo han hecho, no están de acuerdo con ellas (lo cual es legítimo, por supuesto) y como queda tan mal visto confesar que lo que les tienen es asco pues se montan un discursito progre-buenista que siempre va a tener mejor prensa que la retórica discriminatoria de toda la vida. No pasa nada, les entendemos. Ustedes están en política, su vida consiste en mentir y disfrazar sus auténticas intenciones.

Sin embargo semejante actitud no sólo no resuelve ninguno de los problemas reales de las prostitutas sino que las criminaliza, creando nuevos problemas o agravando los ya existentes (nuevamente, una especialidad de los políticos). Es lo que las feministas llaman la "profecía autocumplida", aunque no sean víctimas acaban siéndolo. Las actuaciones públicas provocan que, sí o sí, la vida de las prostitutas sea miserable y sus condiciones de trabajo precarias. Y lo más alucinante de todo es que esos perjuicios les sean provocados por quienes aseguran desear y luchar por su bienestar, las feministas consiguen que unas mujeres sean víctimas... ¡de otras mujeres! ¿Es un enorme ejercicio de incompetencia o de cinismo? En política no son excluyentes...

Veamos uno de los más claros ejemplos de este feminismo institucional, personificado en Sara Ibarrola Inchusta, que fue directora gerente del INAI (Instituto Navarro para la Igualdad) entre agosto del 2007 y mayo del 2012, ocupándose de "la dirección, planificación y gestión de las políticas públicas de igualdad de género del Gobierno de Navarra". En especial quiero que observen lo contradictorio (yo diría que cínico) de sus respuestas. Critica que se den soluciones maniqueas, pero son las que ofrece (acabar con la prostitución y responsabilizar al cliente). Habla de la necesidad de investigar esta realidad, ya que todo analista de políticas públicas sabe que el primer paso es conocer lo que pasa, pero ya tiene tomada su decisión de "erradicar la prostitución" y la concibe como "violencia de género". Y por último, pero no menos importante, asegura que hay que contar con las personas que ejercen la prostitución pero a renglón seguido las califica de personas "con muy baja autoestima, deslegitimizadas" y que hay que "dignificarlas" (ergo en estos momentos no tienen dignidad). Estos políticos nuestros o son mú tontos, o se pasan de listos.



Fundación Gaztelan- 06/10/2009

El sexo de pago ha vuelto a suscitar la polémica. Aunque se encuentra a la espera del estudio que se ha confeccionado sobre la prostitución en Navarra, Sara Ibarrola, directora del Instituto Navarro para la Igualdad, demanda un debate en profundidad sobre un fenómeno "complejo".

¿Cómo se aborda la prostitución desde el Instituto Navarro para la Igualdad?
Entendemos la prostitución como una forma de violencia contra las mujeres. Desde cualquier política pública, lo que se persigue, es impulsar diferentes actuaciones que contribuyan a la erradicación de la violencia contra las mujeres. Por eso, entendiendo la prostitución como una forma de violencia, el objetivo último debe ser contribuir a su erradicación.

¿Estamos hablando de ilegalizar la prostitución?
No. No me voy a posicionar, porque no creo que sea el momento acerca de si hay que legalizarla, ilegalizarla, penalizarla o despenalizarla... Si la entendemos como violencia contra las mujeres, cualquier reflexión en esta materia debe tener como fin último contribuir a su erradicación. Por eso lo importante es el cómo y ver qué es más oportuno, y poniendo siempre en primera fila qué quieren las mujeres.

¿Cree que los políticos las van a escuchar?
Esas mujeres no están en igualdad de oportunidades con el resto de la población. Hay una discriminación muy clara y desde ahí tenemos que abordarlo, pero muchas veces se pierde el objetivo y se saca del centro a quienes ejercen la prostitución. Se debe tener todo el respeto y todo el reconocimiento hacia estas mujeres que son víctimas de violencia de género.

El llamado "enfoque de género" EQUIPARA prostitución con violencia. La trampa es tan burda y sencilla como efectiva pues trata de convertir en una agresión, en algo involuntario e indeseado un acuerdo totalmente pactado y legítimo. A su vez encubre con una máscara de buenas intenciones las políticas represivas y, esta vez sí, violentas que implementan la administraciones públicas.



Si ellas son las víctimas, ¿quiénes son los culpables?
No me gusta hablar de culpabilidad. Aquí hay que hablar de responsabilidad. Y en esto hay una responsabilidad muy compartida. Los medios de comunicación tenéis mucha responsabilidad, porque publicitar anuncios que claramente venden comercio sexual está contribuyendo a normalizar algo que no debería ser tan normal.

¿Cómo se erradica la prostitución?
Hay diferentes experiencias en varios países, hay diferentes posicionamientos... Para definir cualquier estrategia de trabajo o para definir cualquier marco de reflexión, se está investigando como está esa realidad en Navarra. Para ello se está elaborando un monográfico sobre la prostitución y estamos a la espera de que se finalice y se presente. Va a marcar la estrategia pública en esta materia.

¿Por qué un monográfico? ¿Por qué ahora?
Por diferentes motivos. Primero, el fenómeno de la prostitución ha cambiado considerablemente. La mayoría de la población que ejerce la prostitución es población inmigrante. Segundo, porque existe una legislación que antes no había, como la propia Ley de Igualdad. Tercero, porque la opinión pública, la ciudadanía, tiene otra sensibilidad sobre este tema. Cuarto, porque por parte de las instituciones y de los agentes sociales también hay que tomar medidas y porque hay un camino que se está recorriendo que genera otras condiciones para hablar con profesionalidad de las mujeres que ejercen la prostitución.

La señora Ibarrola, una más de la legión de paniaguados que no han rascado bola en su vida gracias a la teta del sector público. Desde que acabó la carrera comenzó a trabajar en un puestazo (sin oposición, faltaría plus) y no ha conocido lo que es el paro. Joder, pagar a estos sinvergüenzas sí que me parece violento.



¿Qué ha cambiado en la forma de ejercer la prostitución en Navarra?
Cada vez se ejerce más en clubs, en pisos... El número más pequeño es en las calles. A menor condición social, menores recursos, la prostitución se ejerce en peores condiciones.

¿Se está teniendo en cuenta en ese estudio lo que piensan las mujeres?
En el monográfico se está dando especial importancia, primero, a las opiniones, percepciones de las personas que están ejerciendo la prostitución y también de los organismos y asociaciones que están trabajando en este tema, aparte de conocer cuantitativamente el número de personas que ejercen la prostitución. Una vez que se tenga esta información ya se hará una reflexión estratégica y un plan.

¿Qué más está haciendo la Administración por las mujeres que ejercen la prostitución?
Desde el punto de vista de la salud también se trabaja. Se subvenciona a las asociaciones que trabajan con las mujeres. Dentro del programa para violencias víctimas de género, una de las sesiones de trabajo dirigida a los profesionales en esta materia fue sobre la prostitución. Antes de intervenir, hay que conocer. Además en una materia como ésta, en la prostitución, que es algo además que está en el debate desde muchos años, nos pueden muchas veces los prejuicios, los estereotipos, el mal llamado oficio más viejo del mundo, cuando una opinión cualificada, técnica, profesional siempre desde el enfoque de género, es fundamental a la hora de marcar una estrategia acertada sobre esta realidad.

¿Qué se puede hacer para cambiar la visión que la sociedad tiene de la prostitución?
Es fundamental cambiar la visión que la sociedad tiene en cuanto a que siempre se estigmatiza a la mujer que ejerce la prostitución y en ningún modo se culpabiliza a quien paga y aquí todos deben asumir su responsabilidad. Como es una realidad muy vieja, por ser normal parece que debería ser lo deseable y ahí es donde la opinión pública se mueve, desde ese prejuicio, desde ese estereotipo y tendría que ir modificando esa visión, siempre desde la argumentación, la reflexión, la información... Las soluciones maniqueas no son las más adecuadas.

Las femilistas suelen señalar a los clientes como los grandes responsables de la prostitución y han emprendido un buen número de campañas tratando de denigrar nuestra imagen mostrándonos como unos cerdos sin escrúpulos ni el menor respeto a la mujer. Consideran que el mero hecho de pagar convierte el acto sexual en algo forzado, en una VIOLACIÓN. El consentimiento que pueda dar la "víctima" sería irrelevante pues se halla condicionado y, por tanto, no es libre ni válido.



¿Qué opina de las campañas que se han iniciado en otras ciudades contra los clientes?
En este momento hay diferentes experiencias, en países, autonomías, ciudades... Toda actuación tiene unos costes. Por eso es importante que sea a partir del monográfico cuando se marque cómo se va a abordar la prostitución desde la acción pública.

Cada vez los clientes de la prostitución son más jóvenes.
Tenemos que preguntarnos qué está pasando. Cuando abordamos la prostitución, el modelo de análisis es de un modelo patriarcal, sexista... Mientras eso se perpetúe, no va a cambiar nada. Es ahí donde tenemos que cambiar.

¿Qué prostitución se debe erradicar de forma prioritaria?
Lo que se va a intentar, en general, es erradicar la prostitución. Como política de igualdad, desde el Instituto Navarro para la Igualdad, tenemos que ir cambiando sensibilidades, mentalidades, abordando la prostitución como una forma de violencia contra las mujeres.

Hay una alternativa a la prostitución: la novia de todos los hombres, "la manuela". Los "anti.prostitución" entienden que esta actividad ni es legítima (por resultar violenta, contraria a la igualdad y perjudicar a la sociedad) ni necesaria (al existir otras opciones para desahogarse sexualmente). Por tanto pretenden erradicarla, suprimirla, ABOLIRLA.



¿Cómo acercar posturas de quienes abogan por regular la prostitución y quienes abogan por abolirla?
Es una realidad que tendremos que afrontar si sumamos, aportamos, construimos, no si nos culpabilizamos y nos pasamos la pelota de unos a otros. Cada parte tendrá que asumir su parte, los medios de comunicación también. Si legislamos, o regulamos, o hacemos actuaciones, sin contar con las personas que están ejerciendo la prostitución, sería un plan que se quedaría muy cojo.

En Navarra, sin embargo, no hay ninguna voz que las aglutine, ninguna asociación.
En Pamplona no hay asociaciones que las representen. Sí que existen a nivel estatal, pero estamos hablando en muchos casos de personas que están en situación irregular. Estamos hablando de mujeres con muy baja autoestima, deslegitimizadas... Debemos pensar en ellas, en dignificar sus vidas y la de las personas que les rodean.

¿Cree que los debates que surgen a raíz de polémicas como la de Barcelona pueden ser positivos?
Lo que me parece más importante es que esta polémica está sirviendo para que la opinión pública, por una vez, se esté planteando esta realidad desde diferentes puntos de vista, para que se genere opinión, debate... Y ahí la ciudadanía tendrá que aportar y debatir. Tenemos que escuchar mucho de lo que hay en las investigaciones, de lo que dicen las mujeres, los agentes sociales, quienes trabajan con ellos... Yo creo que el debate debe ser más profundo y no sólo un sí o un no. Los cambios van a llevar mucho tiempo, como cualquier cambio de tanto calado social que tenga que ver con dignificar la vida de las mujeres.

miércoles, 10 de julio de 2013

Eu sou feliz sendo prostituta (soy feliz siendo prostituta)

Si me preguntaran cuál es la reclamación más importante de las prostitutas, respondería que las escuchen. Algo tan sencillo de decir pero tan difícil de hacer, porque la verdad... ¡lo que cuesta que se sienten a hablar con ellas! Tranquilos, no pasa nada, por eso no cobran. Lo que sucede es que cuentan unas cosas... ¡bufff! Me hago cargo, no es lo que se desea oír, no se corresponde para nada al mensaje enlatado que reproducen nuestros políticos.

¿Y qué sucede cuando uno se toma la molestia, para mí placer como suelo decir, de escucharlas? Pues que te dicen que no quieren ser "reinsertadas" sino que las dejen en paz, que se encuentran cómodas haciendo lo que hacen (la que no está a gusto sale de la prostitución por su propio pié, os lo aseguro), y que sus problemas provienen no tanto de la naturaleza sexual de su trabajo -que no les causa una especial incomodidad- sino de la falta de respeto y aceptación social que padecen, muchas veces reforzada por la actitud de las autoridades públicas a quienes acusan de perjudicarlas continuamente.


La imagen que las prostitutas nos ofrecen de su actividad y de su vida contrasta fuertemente con la que nos trasladan desde las instituciones políticas, asociaciones feministas y medios de comunicación. Este cartel y los que les mostraré a continuación fueron los desencadenantes de una importante polémica en Brasil.



En Brasil el activismo pro derechos de las trabajadoras sexuales cuenta con una larga trayectoria, siendo su cabeza más visible la legendaria ex prostituta y política (se presentó para diputada nacional, pero no fue elegida) Gabriela Silva Leite. En torno a ella se reunió la "Red Brasileña de Prostitutas", compuesta por más de 30 organizaciones, con el objetivo de denunciar "sobre todo la violencia policial, pero también la histórica y revitalizada identificación de prostitución con enfermedad". Como ellas mismas nos cuentan, han obtenido resultados desiguales en su lucha: "Mientras la violencia—especialmente la cometida por la policía—continúa siendo uno de los problemas más graves que enfrentan las trabajadoras sexuales en Brasil, y es ampliamente ignorada por los oficiales públicos (...) los desafíos creados por la epidemia de SIDA llevaron a partir de la década del 90 a colaboraciones, en forma de proyectos, entre asociaciones de las prostitutas de la Red y el Ministerio de Salud enfocadas a la prevención del SIDA". Es decir, que en el asunto de lo que denominamos "violencia institucional" pasaron de ellas como de la mierda pero, al seguir considerándolas como un "grupo de riesgo" para la salud pública, las administraciones se vieron obligadas a contar con ellas.

La campaña debía girar en torno a la concienciación del uso del preservativo entre los clientes de prostitutas. Ellas se mostraron dispuestas a prestar su imagen para los carteles, por ejemplo éste reza "no puedo follar sin goma, amor mío". Sin embargo aprovecharon la ocasión y no limitaron su mensaje al sexo seguro. Me encantan las putas sobre todo porque son ingobernables, siempre encuentran la manera de salirse con la suya (como quien escribe estas líneas).



¿Cuál fue el resultado? Por una parte señalan que, al no acotarse, los abusos policiales se han incrementado bajo diversas justificaciones: "los esfuerzos de “revitalización” urbana y las campañas de limpieza, promovidos como parte de la preparación para la Copa mundial de fútbol en 2014 y los Juegos olímpicos de verano de 2016, frecuentemente encubiertos con una retórica anti-tráfico equivocada han llevado a las peores represiones de la prostitución en Brasil en una década". Parece que no existe mucha diferencia con lo que sucede aquí, empleando excusas aparentemente benévolas (garantizar la convivencia, revitalizar barrios degradados o la sempiterna lucha contra la trata) los poderes públicos no han hecho otra cosa que implementar en la práctica medidas represivas que a las prostitutas les resultan claramente lesivas. Sin embargo -dado que sus quejas ante la actuación de las autoridades eran sistemáticamente desoídas- trataron de hacer llegar sus reivindicaciones por el único frente que les quedaba abierto, el sanitario. Emplearon los programas de prevención del VIH para plantear sus auténticos problemas: "temas como los derechos humanos, el estigma y la discriminación, la profesión, la reglamentación y el acceso a los servicios de salud fueron incorporados en la interlocución, contribuyendo a la movilización del colectivo".

El uso del preservativo puede fomentarse no sólo mediante campañas aterradoras sino también con mensajes en positivo. En éste una trabajadora sexual manda "un beso para ti que usas condón y te proteges de las enfermedades venéreas".



De eso va la entrada de hoy, de la campaña que con objeto del día de la trabajadora sexual (2 de Junio) lanzó el ministerio de sanidad de Brasil y la enorme polémica que generó al recoger no sólo reivindicaciones de índole sanitaria por parte de las prostitutas (básicamente el uso del condón o "camisinha") sino también otras de carácter más social como su exigencia de respeto a la ciudadanía y de derechos a la administración. A ver, siendo importante el tema sanitario no es el que más preocupa a las prostitutas. Gabriela establece que los principales problemas del colectivo serían, en primer lugar, la violencia policial e institucional; en segundo, el estigma o rechazo social; en tercero, la falta de alternativas laborales y finalmente, en cuarto, las enfermedades e higiene en el trabajo. Mi experiencia me lleva a coincidir con ella tanto en la enumeración de estos problemas con en el orden en el que los prioriza. Curiosamente no se habla nada de la "trata", y es que un aspecto verdaderamente llamativo es que aquellas cuestiones que más afectan a las prostitutas son las que menos atención reciben por parte de los poderes públicos y viceversa, aquello que menos las concierne es lo que obtiene más publicidad. Ése es el problema de los dirigistas, que necesariamente van a asignar los escasos recursos de manera ineficiente porque desconocen la situación real a la que se enfrentan (eso si fuésemos bien pensados, los más maliciosos como un servidor pensamos que actúan así a posta, para beneficiarse ellos mismos y su entorno mientras empeoran los problemas que dicen combatir para así asegurar que siempre sea necesaria una intervención pública).

Desafiantes y orgullosas. Así son las trabajadoras sexuales que conozco, no esas víctimas inválidas y llorosas que nos pintan los anti-prostitución. No piden ser reinsertadas, ni tampoco sus demandas se ciñen a los aspectos meramente sanitarios. Escúchenlas, más claro imposible: "nuestro mayor sueño es que la sociedad nos vea como ciudadanas".



La historia es la siguiente: el ministerio de salud de Brasil lanzó una campaña que supuestamente debería haberse centrado en la lucha preventiva contra las enfermedades de transmisión sexual. Tuvieron la genial idea de hacerla contando con prostitutas y éstas lograron convencer al responsable de turno para que al lado de los mensajes sobre el uso del condón figurasen otros que alentasen a respetar a las prostitutas y reducir los prejuicios de la sociedad en su contra. En principio no parecía haber nada malo, todo el mundo conseguía lo que quería y los cartelitos habían quedado muy chulos con tanta mujer de la calle. Pues menuda la que se armó. Inmediatamente saltaron las feminazis, como la diputada Liliam Sá, diciendo que se "glorificaba la prostitución" y se "animaba a consumir prostitución infantil". El ministro, Alexandre Padilha, rápidamente tuvo que dar marcha atrás retirando la campaña pero el "daño" estaba hecho: el mensaje de las putas había llegado. Al cesar al responsable político de esta iniciativa lo que consiguieron fue echar todavía más leña al fuego, reavivando el debate sobre la prostitución.

Otro de los soberbios mensajes de esta campaña fue "No aceptar a las personas como son es violencia". Muchas veces nos dicen que las prostitutas son "víctimas" y que sufren "violencia". Efectivamente, son víctimas de los intolerantes y sufren la violencia por parte de órganos gubernamentales como el ministerio de salud brasileño que es incapaz de aceptarlas.



Dos cosas han quedado claras. La primera es que a esas FEMILISTAS se les está cayendo la careta: su retórica buenista pierde todo su valor al verse confrontada con las palabras de las mujeres que dicen defender. Oiga, si de verdad quieren ayudarlas comiencen escuchándolas. Si no lo hacen ya están mostrando lo que realmente les importan. Y la segunda son las prioridades de los políticos: no te hacen dimitir si robas, si encubres a corruptos, si das muestras diarias de incompetencia porque no sabes ni hablar bien, si dejas el país en la ruina, si engañas a tus propios electores, si enchufas a familiares y amigos para vivir de la teta pública... pero si intentas dignificar la prostitución dando voz a las prostitutas que no piden ni más ni menos que ser tratadas como cualquier persona, entonces patada y a la puta calle. Una de las escasísimas cosas en las que los partidos de gobierno (es decir, los que mandan o aspiran a hacerlo a corto plazo) coinciden de manera unánime es en denegar derechos laborales a estas personas y fiscalizar sus ingresos. Qué raro que con lo intervencionistas que son para todo lo demás, el tema de la prostitución no quieran ni tocarlo... pero qué raro, primo.

Les dejo con la noticia de la retirada de la campaña y el comunicado que sacaron las prostitutas:




ABC - VERÓNICA GOYZUETA / SAO PAULO 05/06/2013
Formaba parte de una acción para concienciar sobre las enfermedades de transmisión sexual y su autor ha sido despedido



El gobierno brasileño retiró del aire una polémica pieza de publicidad en que una mujer sonreía al lado del lema «Soy feliz siendo prostituta», criticada por algunos sectores por hacer apología a esa actividad. Los anuncios y videos, que fueron distribuidos en redes sociales como parte de una campaña de educación sexual, tuvieron muy mala repercusión y provocaron también la dimisión de su autor, Dirceu Greco, director del departamento de Sida y Enfermedades Sexualmente Transmisibles (ESTs) del Ministerio de Salud.

El material era parte de una campaña llamada «Sin vergüenza de usar preservativos», que el ministerio lanzó el fin de semana por ocasión del Día internacional de las Prostitutas y que seguirá en el aire hasta el 2 de julio, sin la polémica pieza en cuestión.

«Mientras sea ministro, una pieza como esta no será parte de la campaña», declaró el ministro de Salud, Alexandre Padilha, informando que esa pieza de la campaña fue elaborada sin su conocimiento. «Respeto a las entidades y a los movimientos que quieran pasar ese mensaje, pero ese papel es de ellos, el del Ministerio de Salud es estimular la prevención a las ESTs», explicó. Según el ministro, la campaña recibió sugerencias de mensajes de «entidades que representan a las profesionales del sexo».

"Soy puta y sufro (vuestros) prejuicios". La campaña incluyó vídeos que trataron de dignificar y conseguir la normalización social de la prostitución. Yo creo que no pueden decir las cosas ni más alto ni más claro.



La campaña, que reúne panfletos y cinco videos protagonizados por prostitutas, trae mensajes como: «no aceptar a las personas de la forma que son es una violencia», «un beso para ti que usas preservativo y te proteges de la ESTs», y «El sueño mayor es que la sociedad nos vea como ciudadanas».

El gobierno recibió críticas de grupos evangelistas y de congresistas. «Nadie es feliz siendo explotada sexualmente», declaró la diputada Liliam Sá, de un partido aliado al gobierno e integrante de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso. «Está bien que se haga campaña de prevención al Sida, pero no de ese tipo. Eso no es bueno ni para las propias muchachas profesionales del sexo», afirmó.

Como país que encabezó las estadísticas mundiales de casos de Sida hasta la década de 90, Brasil ejecutó un exitoso programa de lucha contra la enfermedad que redujo el número de casos y se volvió un modelo internacional. Parte de ese trabajo incluye campañas de publicidad osadas y que ya fueron objeto de otras polémicas, especialmente con entidades religiosas. Actualmente, más de 500.000 brasileños viven con el virus del Sida y reciben gratuitamente remedios y tratamiento, a través del sistema público de salud.
_______________________________________________________________________



¿Por qué hemos de sentir vergüenza? La campaña seguía las directrices del ministerio a la hora de promover el uso del condón, pero ya de paso aprovechaba para mostrar a unas mujeres valientes que decidían valorar su trabajo, luchar por sus derechos y asumir y defender su condición de prostitutas:









Contra el bien de todos y la felicidad general de la Nación, el gobierno viola los principios de la Constitución y del Sistema Público de Salud.



El movimiento de las prostitutas y la reforma de la salud,  que llevó a la construcción del Sistema Único de Salud (SUS), tienen puntos en común en sus trayectorias: los procesos de diálogo, de creación y de acción. Si la salud se convirtió en deber del Estado y derecho de todos en la Constitución Federal de 1988- guiado por los principios de universalidad, igualdad (sin prejuicios ni privilegios de ningún tipo), integralidad, descentralización y participación de la comunidad – el movimiento de las prostitutas nació denunciando la desigualdad, los prejuicios y la discriminación, y reclamando el derecho a trabajar con dignidad, respeto y ciudadanía.

Después de 30 años, al vetar y después alterar drásticamente una campaña para la prevención del SIDA supuestamente construida con la participación de prostitutas, el gobierno utiliza este grupo social para decir lo que quiere, ignorar los logros del movimiento social y violar los principios democráticos y del SUS.

Por si no quedó claro, la idea fundamental que han deseado transmitir es que SON FELICES SIENDO PROSTITUTAS. Su estilo de vida debe ser respetado, ellas deben ser respetadas, su condición de ciudadanas ha de ser respetada. Por putear no han de ser consideradas menos que nadie. ¿Estamos?



En primer lugar, la participación de la comunidad. El taller destinado a la creación de la campaña, promovida en marzo por el Departamento de ITS, Sida y Hepatitis Virales, dió como resultado materiales que se destacaron como elementos fundamentales en la prevención:  la felicidad (“Soy feliz siendo prostituta”), la ciudadanía (“el sueño mayor es que la sociedad nos vea como ciudadanas), la lucha contra la violencia (“no aceptar a las personas tal como son es violencia”) y el preservativo. ¿Qué hizo el gobierno? Ignoró todos aquellos elementos que comprobadamente contribuyen a la prevención, limitándose a fomentar imperativamente el uso de condones, como si fuese un gesto puramente objetivo y mecánico, disociada de subjetividades,  derechos y vulnerabilidades. ¡Es la higienización de la vida!

En segundo lugar, al seleccionar sólo ciertos mensajes entre los construidos en el taller, rehúsa el principio de igualdad al negar a las prostitutas el derecho de expresar sus sueños e ideales de ciudadanía, la afirmación de la identidad y visibilidad social, al no reconocerlas como ciudadanas y usuarias del SUS.

Cuando el gobierno censuró la campaña, ellas no se quedaron calladas. Pensar otra cosa sería no conocerlas. Contraatacaron con otra serie de carteles denunciando el silenciamiento que sufrían y pidiendo algo tan elemental como tener LOS MISMOS derechos que cualquier otro trabajador.



Acciones de prevención y promoción de la salud basadas en directrices de ciudadanía, hay que señalar, también son parte de otro principio Salud, violado: el de la integridad.

Además, con este modo de acción, el gobierno se pone en la posición arrogante de sólo permitir a las prostitutas aparecer como víctimas o vectores de la infección por el VIH. Y por lo tanto sujetos sin voz, que sólo tienen el derecho a ser rescatadas por el Estado proveedor del único elemento (“obtenga sus condones en la Unidad de Salud “) que las salvará de SIDA.

La actitud del gobierno también revela el esfuerzo de alimentar la estructura moral de la familia a toda costa, una complicidad cobarde con un discurso que relega a las prostitutas y otros segmentos “inconvenientes” a la marginalidad de un modelo de sociedad.

Estas prostitutas brasileñas no se han resignado a vivir calladas, sufriendo la discriminación, violencia y prejuicios que sostienen quienes se permiten hablar por ellas. ¡NO! Las prostitutas tienen voz propia, y si están dispuestos pueden escucharla.



Al pronunciarse ya inicialmente con el texto “Soy feliz siendo prostituta”, también demuestra la arrogancia de no creer a una prostituta pueda ser feliz y el miedo de que nosotras expresemos el deseo de felicidad que va contra este modelo.

¿Y el deseo de los políticos? ¿Qué medidas están detrás de esta actitud? Existe en ella un proyecto de felicidad? ¿Por qué sólo ellos pueden ser felices? ¿Cuál es el precio a pagar por las prostitutas? Nuestros cuerpos, deseos y vidas están pagando el precio de acuerdos políticos y negociaciones de partidos, el costo de la práctica de la censura y el cierre del diálogo.

Estaremos aquí, sí, muy contentas con nuestra profesión. Creemos que no hay que convivir con la violencia y la discriminación, y que debemos ser respetadas por nuestras opciones como ciudadanas. E insistiendo en que el gobierno construya con coraje, políticas basadas en los principios constitucionales para toda la población, independientemente de su orientación sexual, identidad de género o profesión.