lunes, 29 de octubre de 2012

Campañas institucionales contra la prostitución

"(Esta campaña) pretende desmitificar la prostitución, y a su vez sensibilizar de esta forma de violencia hacia las mujeres"
Dolores de Pablo-Blanco, Concejala del Ayuntamiento de Sevilla

"Las ideas abolicionistas llevadas a la práctica conviven con políticas prohibicionistas que penalizan y reprimen a las mujeres que se niegan a ser reinsertadas"
"El acoso y hostigamiento a las prostitutas que captan su clientela en la calle se disfraza de campañas de sensibilización o de disuasión hacia los clientes"
Colectivo Hetaira, Asociación madrileña en defensa de las prostitutas

"Las prostitutas queremos clientes y penalizar a los clientes no sirve de nada porque saben que no estamos en situación de trata y no nos sentimos vejadas".
Montserrat Neira "Marien", prostituta



Desde los poderes públicos se vienen orquestando furibundas campañas publicitarias que trasladan una visión muy negativa de la prostitución, asimilándola a la esclavitud y a la violencia contra las mujeres. Estas iniciativas son celebradas por las abolicionistas y duramente criticadas por las feministas pro-derechos: mientras las primeras señalan que es necesario mostrar a la sociedad las miserias y abusos que esconde la prostitución a través de campañas "orientadas a sensibilizar a la ciudadanía contra la explotación sexual", las segundas aseguran que se comete un grave error al equiparar la prostitución voluntaria con la forzada. Asociaciones tan conocidas como Hetaira ya han advertido de la "grave irresponsabilidad" en la que incurren las administraciones al dibujar una imagen de este fenómeno "que no se corresponde con la realidad" y del perjuicio que causan a las trabajadoras sexuales al contribuir a su estigmatización. Es más, llegan al atrevimiento de asegurar que no son más que una tapadera para encubrir el hostigamiento que sufren las meretrices por parte de las autoridades públicas.

Aunque en anteriores ocasiones he comentado alguna de estas campañas, hoy voy a recopilar las más significativas de los últimos años con el fin de que podamos hacernos una mejor idea de conjunto. Nos agraden o disgusten hemos de reconocer que tienen (o pretenden tener) un importante impacto en la percepción social de la prostitución.

Entre los Ayuntamientos que más se han significado contra la prostitución destaca indudablemente el de Sevilla, desde cuya Concejalía del Área de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación se han lanzado los mensajes más rotundos y efectistas. Vean su última creación, que han difundido ampliamente usando todos los medios a su disposición:




A pesar de que no se refiere expresamente a la prostitución, una iniciativa contra la trata de este mismo año es la que bajo el lema ‘No todas las personas viajan por placer’ declara su intención de concienciar ante el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, al que califica como "uno de los negocios ilícitos más lucrativos y una nueva versión de la esclavitud en el siglo XXI". Nos muestra a dos mujeres sentadas, una abrochada con un cinturón de seguridad y otra con cadenas y un candado. Concuerdo totalmente con el mensaje, muchas personas son deportadas y se las obliga a viajar literalmente encadenadas (esposadas). Eh, espera... un momento... ¿Qué viene en la parte inferior del cartel? ¿Que lo subvenciona el gobierno de Expaña y la Unión Europeda? ¿Las mismas MAFIAS que detienen, encierran y trasladan a las personas a la fuerza? ¿Los secuestradores denuncian el secuestro? ¿Pero qué clase de broma de mal gusto es ésta? ¿Cuánta hipocresía, cinismo y falta de vergüenza encierra este cartel?

Donde sí que se lució la ONG responsable de este cartelito fue con su proyecto "Vicky", otra ideica de las que no se le ocurren ni al que asó la manteca. Para denunciar la violencia, vejaciones y humillaciones a las que son sometidas las prostitutas no tuvieron mejor ocurrencia que amarrar un maniquí vestido de puta a una farolaNo hacen más que mostrar sus prejuicios y el desprecio que les merecen las meretrices. Eso de vestida de puta resulta ofensivo ya por sí sólo, no es más que un estereotipo que poco tiene que ver con la realidad (muchas chicas, especialmente las que trabajan de día, visten completamente normal... ¿y diríamos que tantas mujeres que se ponen provocativas para salir por la noche van como putas? ¿De dónde vienen los de esta ONG? ¿De forocoches?). Pero, con mucho, lo más preocupante es que hayan tratado de equiparar un maniquí a una persona, vuelvo a preguntarme ¿de qué van? ¿Son más tontos que cagar de pié o es que se pasan de listos? Resulta insultante tanto que hagan pasar a Vicky por una prostituta real como que pretendan hacernos creer cualquier cosa con ese vídeo. No muestra nada, no tiene el menor interés. Bueno, sí que lo tiene, es una muestra fehaciente de su incapacidad para contactar con cualquier prostituta que pueda ofrecer una imagen real del trabajo sexual así como de lo burdo de sus "performances". Miren el vídeo y lloren. Pero no por Vicky sino por lo que nos ha costado, que todas estas chorradas se llevan una morterada de dinero público:




Y prosigo con otra exposición, promovida por el felizmente extinto Ministerio de Igual-dá. Llevaba el nombre de "Esclavas del siglo XXI" y la componían veintiún maniquís que representaban a otras tantas víctimas de la trata. Además había un container industrial en el que se nos dice que traen a las mujeres traficadas, como si fuesen juguetes chinos. Ale, ya de perdidos al río, si se meten bulos que sean tan gordos como sea posible. Pues esta giliflautez progre la tuvimos que soportar en varias ciudades españolas, entre ellas Sevilla y Madrid que siempre se apuntan a estas historias. ¿Qué más voy a decir? A los testimonios de prostitutas reales que nosotros ofrecemos, los abolicionistas tan sólo pueden oponer un puñado de espantajos... eso sí, bien subvencionados, con toda la atención mediática y la plena disposición del espacio público. Es una lucha de David contra Goliath, de la sociedad civil frente al poder público, de oprimidos frente a opresores. Me encanta.

Otra de las macabras representaciones sobre la prostitución fue "The Journey", una muestra de lo que sería la trastienda de la prostitución. Acerca de este delirante esperpento ya escribí en su día.

Desde el gobierno central se han promovido (léase organizado, financiado y publicitado) campañas institucionales contra la prostitución. El esfuerzo que realizan para acallar e invisibilizar a las prostitutas sólo es comparable al deseo que ponen en sustituirlas por maniquís y otras caricaturas suyas.



Las campañas anti-prostitución no provienen únicamente de ayuntamientos y gobiernos, a nivel comunitario también se han hecho varias. Una con la que he disfrutado particularmente, ya que trata que el cliente se ponga en el lugar de la prostituta, es la que les traigo a continuación y lo que en realidad refleja es la aversión que sienten las feminazis hacia el sexo y su tremenda falta de empatía. La conocida Paula VIP, presidenta de APROSEX (la mayor asociación de prostitutas de España), reconoce que para ejercer esta actividad son necesarios dos requisitos: que te guste el sexo y practicarlo con mucha gente. Quizás ellas no puedan, pero otras personas sí. ¿O toda la gente valdría para ser cirujano, policía o ganadero? Pues no, habrá quienes estén encantados con unos trabajos pero no puedan soportar otros. Yo mismo tengo un trabajo que mucha gente considera pesado y desagradecido, para el que no vale todo el mundo... y mientras algunos compañeros lo adoran y dicen haber nacido para él, he conocido a docenas de personas que no pueden aguantarlo ni por un día. Venga, vamos a disfrutar de la demagogia abolicionista:




La figura del cliente ha resultado ser un filón, se han cebado con nosotros señalándonos como los malos de la película. La mayoría de estas campañas se dirigen (o eso dicen) a quien estaría sosteniendo la situación de explotación y violencia que sufrirían la inmensa mayoría de estas mujeres: el cliente, vulgo putero. Según declaran las feministas nosotros somos los responsables últimos de que exista la prostitución al financiarla económicamente, por consiguiente si se desea acabar con la prostitución (lo cual es indiscutible) habría que estrangular la demanda. A tal fin obedecerían tanto estas campañas como las ordenanzas municipales sancionadoras que se han multiplicado recientemente.

Claro que yo, para variar, discrepo de la versión oficial. Considero que el objetivo real difiere del fin declarado, como suele ser habitual en nuestros políticos. ¿Realmente pretenden convencernos de que lo que estamos haciendo no es correcto? ¿El reproche institucional será capaz de desalentar la demanda? No lo creo, de hecho en mi caso particular la ha animado. Lo que vienen a decir es que todo aquel que sigue demandando servicios sexuales, o yendo de putas hablando en plata, es un cerdo explotador al que hay que darle hasta en el DNI.

Muchos ayuntamientos españoles, entre ellos el de Sevilla, han aprobado ordenanzas que penalizan tanto a las prostitutas como a sus clientes tras lanzar este tipo de campañas publicitarias.



En este blog vengo diciendo que lo que realmente pretende la administración es:
1- Incitar al odio contra un sector de la población, que seríamos no sólo los clientes de prostitutas sino por extensión todo hombre. Según las feminazis, todo varón por el hecho de serlo ya es un "cliente potencial". Un abusador, un violador, un criminal en potencia. Somos el enemigo, aquel a quien deben destruir porque en otro caso las destruiría a ellas. De ahí a aplicarnos leyes de excepción no queda mucho.
2- Legitimar las medidas coactivas que tienen planeadas. El caso de Sevilla ha sido paradigmático, con anterioridad a la aprobación de la ordenanza sancionadora comenzó una serie de campañas muy agresivas para crear la imagen de que nos lo merecíamos, que si iban a por nosotros es porque existían razones de peso. Como visiblemente no le hacemos daño a nadie, han de justificarse creando la imagen de que somos seres execrables, a quienes se ha de perseguir.
3- Encubrir las irregularidades, y en algunos casos abiertos delitos, en los que incurren las autoridades públicas. Los clientes no sólo mantenemos relaciones sexuales con las chicas (no son muñecas, como "Vicky"), sino también sociales. Nos cuentan cosas, nosotros también tenemos ojos en la cara y vemos, y suelen encontrar en nosotros apoyo y amistad. Somos frecuentemente testigos de los abusos que perpetran hacia ellas, y al criminalizarnos y estigmatizarnos lo que también consiguen es acallarnos. La motivación más importante de perseguir al cliente es la de defender la administración, en el momento que consigan que seamos vistos como delincuentes nada de lo que hagamos o digamos tendrá validez alguna.

Cualquier persona con dos dedos de frente ha de plantearse por qué nuestros gobernantes dedican tantos esfuerzos a deslegitimarnos, por qué existe esa presión no por reeducarnos sino para que parezcamos delincuentes y ese empeño en que el mundo de la prostitución siga siendo sórdido, oscuro, indeseable. ¿Qué ganan con ello? ¿Por qué jamás hacen campañas contra la corrupción política, la prevaricación de los jueces o los abusos policiales? ¿Por qué en cambio emplean las subvencionadísimas televisiones públicas para promocionar el nacionalismo, la sanidad pública o los logros del gobierno de turno? No dan puntada sin hilo, todo ese montaje de la trata y clientes energúmenos es un discurso orientado a crear dos bandos: el de los malvados que perpetúan la explotación y a quienes hay que combatir, y el de los justicieros que vienen a restablecer el bien en el mundo. ¿Qué han hecho históricamente los totalitarios de todo cuño? ¿Qué hicieron los nazis, los comunistas y hacen hoy en día los nacionalistas? Construyen una explicación extremadamente simplificada y maniquea de la realidad, que no es cierta pero obedece a sus fines. Por eso no es suficiente que digamos que mienten, que ni las prostitutas son unas víctimas, ni nosotros somos unos ogros, ni ellos unos angelitos. Hace falta que expliquemos el POR QUÉ lo hacen.

Esas mujeres a las que se pretende "rescatar" se muestran contrarias a este tipo de campañas e incluso llegan a manifestarse en contra de las ordenanzas que aprueban esos organismos públicos que dicen actuar en su beneficio. Las campañas orquestadas por nuestros gobernantes chocan con la tozudez de las prostitutas, empeñadas en llevarles la contraria. Muchas de ellas han denunciado, como un servidor, los abusos de las autoridades y el discurso hipócrita de nuestros dirigentes políticos.



¿Y qué sacan ellos con todo esto, por qué se meten en semejante berenjenal? ¿Cómo es posible que, en general, la gente pase de buscarse problemas y en cambio la casta política vaya creándolos donde no los hay? Amigo, porque hay pasta de por medio. Digo que la trata es una construcción artificial de la clase política, al igual que el estado de las autonomías, porque les permite sacar tajada. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tienen así una excusa para justificar su existencia, pedir ingentes recursos para combatir un delito que no existe y, sobre todo, sus funcionarios pueden obtener un jugosísimo sobresueldo gracias a las extorsiones a chicas y empresarios. Los políticos también encuentran una mina de oro en la prostitución pues les permite manejar mayores partidas presupuestarias (y conceder por lo tanto más favores y prebendas), también justificar sus sueldos en particular los de aquellos cargos más vinculados con este fenómeno (áreas de igualdad, seguridad ciudadana, etc) e incluso financiarse ilegalmente como denunció en su día Pilar Monreal. Y es que los de abajo no suelen actuar sin la orden, complicidad o al menos el conocimiento de los de arriba. Por último las feministas, muchas con el carnet del partido en la boca, pueden también darse la vida padre: mientras dicen tener un fin elevado por el que trabajar, la realidad es que no dan palo al agua. Estas señoronas viven del cuento, literalmente. El discurso antiprostitución es su medio de vida, a costa del contribuyente por supuesto. No deja de ser paradójico que todas estas campañas abolicionistas las financiemos en buena medida los clientes, ¡yo no quiero ser cómplice de la administración! ¡no deseo contribuir al sostenimiento de la mafia gubernamental! ¡pero me veo obligado, sometido, forzado! ¡SOCORRO!

No se entiende cómo la administración puede prestar tanta atención a un problema sin demanda social. Es más, mientras que cada vez que cualquier medio de comunicación hace una encuesta los españoles manifestamos estar abrumadoramente a favor de regular la prostitución; cuando el tema es sometido a voto parlamentario la propuesta se rechaza casi por unanimidad. ¿Qué sucede, es que nuestros políticos como viven en una burbuja no se enteran de nada y se crean unas películas de la hostia? Así lo cree mucha gente. Pero yo no opino así, sino que lo que han demostrado una vez tras otra es que cuando se gastan el dinero en lo que no toca no es por equivocación, por un error de cálculo, porque deseen darle de todo a los ciudadanos. Ni mucho menos, siempre es por sus intereses personales como el cobro de comisiones, hacerle favores a amigos o directamente llevárselo crudo desviando el dinero (MercaSevilla) o creando falsos contratos (Urdangarín). Detrás de estos montajes que victimizan a las prostitutas y condenan a sus clientes lo que hay es un buen pastel de rica miel...da. No luchamos únicamente para dar a conocer la verdad o para ser aceptados socialmente, eso lo vemos nosotros desde nuestro punto de vista. También, y sobre todo, estamos embarcados en una cruzada para combatir la corrupción de los poderes públicos. Muchos activistas pro derechos todavía no han querido darse cuenta de este ineludible hecho. Somos enemigos de la administración porque nuestras demandas colisionan frontalmente con sus intereses: ¿que no nos subvencionan? ¿que no nos escuchan? ¿que legislan en contra nuestra? LÓGICO, el delincuente no va a querer que le pillen. Y si puede crear una cortina de humo o falso culpable para librarse, lo va a hacer. De eso van estas campañas, de dirigir la condena social contra quienes pueden ponerles en evidencia.

He aquí la selección que he hecho de carteles contra la prostitución creados a instancias de diversas administraciones públicas españolas. No los comento individualmente porque el mensaje es muy similar, prácticamente idéntico en todos ellos. Comenzamos por Sevilla, ciudad que se lleva la palma tanto en el número como en la intensidad de estas campañas (e igualmente gobierne el PSOE como el PP, porque ya os he dicho que es un asunto transversal de protección de las instituciones):







Pasamos a Madrid, donde el éxito de sus carteles fue tal que varios de ellos fueron reproducidos también por otros ayuntamientos como los de Valencia y Palma de Mallorca.







Almería...




Alicante... éste no lo encargó el ayuntamiento sino la diputación provincial.




Extremadura, de la Junta. Aquí la administración mete mano a todos los niveles.




Xunta de Galicia...



Salamanca, ciudad universitaria y putera donde las haya.




León, que debe ostentar el récord al cartel más caro de la historia (por una valla publicitaria, ¡UNA!, se pagó un millón de euros... ¿no se quedarían algunos pegados por alguna parte? ¿en la mano de algún concejal, quizás?).




Y Burgos. Me quedan otras ciudades por mencionar pero bueno, creo que la muestra ya es suficientemente representativa e ilustrativa.




Las representaciones siempre giran en torno a dos imágenes, la de la mujer explotada/mercantilizada/cosificada/esclavizada y la del varón (porque no existirían ni prostitutos masculinos ni clientas femeninas) falto de escrúpulos que se aprovecha de su situación. He repetido hasta la saciedad que las cosas no son así, pero nadie puede convencerles mejor que sus propios ojos. Así que de verdad, les insto a que conozcan de primera mano tanto a prostitutas como a sus clientes para que comprueben lo falso de esta concepción de la prostitución. Esas mujeres indefensas, totalmente privadas de toda posibilidad de decidir, y esos clientes depravados que las tratan a patadas sólo existen en la mente enferma de las abolicionistas y nuestros dirigentes políticos. De hecho creo que debe ser una proyección de sus deseos, nos muestran cómo sería la prostitución si de ellos dependiese y cómo se portarían como clientes. No me cabe la menor duda de que encajarían en ese arquetipo de cliente egoísta, desconsiderado, capaz de todo para satisfacerse. ¿No es acaso su manera de actuar?

Mas, como vengo continuamente repitiendo, estas campañas no tratan de reflejar la realidad (de hecho todas han sido encargadas a empresas profesionales de marketing y publicidad) sino de modificarla, creando una visión irreal de las cosas ajustada a sus intereses. Es el típico modo despótico de realizar ingeniería social característico de todo izquierdista, ya sea del PSOE o del PP. La realidad les importa una higa, lo que quieren es convencernos de su visión de las cosas a toda costa... es como cuando se celebra una manifestación y los convocantes dan una cifra, el ayuntamiento otra y el gobierno central nos viene con un número diferente. ¿Pero bueno, cómo puede ser que las diferencias sean tan abultadas, con un número de manifestantes dos, tres y hasta diez veces mayor (o menor, claro)? Esta clarísimo, lo que pretenden es adecuar la realidad a sus intereses: ¿me conviene?, potencio un fenómeno; ¿me perjudica?, lo minimizo.

El abolicionismo se basa en la mentira o en la ignorancia, los intentos de manipulación que emplean tanto en las imágenes que les muestro como en las cifras que barajan (300 mil esclavas sexuales en España, 95% de prostitutas obligadas...) son tan torpes que los considero contraproducentes. "Gracias" a ellos algunas prostitutas, clientes y determinados profesionales que han entrado en contacto con el mundo de la prostitución (abogados, trabajadores sociales, profesores universitarios...) hemos reaccionado.



El intervencionismo de nuestras autoridades se justifica cuando catalogamos la prostitución como violencia de género. En principio, no habría motivo alguno para entrometerse en las relaciones voluntarias entre individuos adultos así que necesitan una excusa: ésta es que estas personas no dan su consentimiento. Que en realidad se hallan extorsionadas, coaccionadas y amenazadas por las mafias internacionales que las explotan contra su voluntad. Consideran irrelevante el bajísimo número de denuncias y en el hecho de que, al ser preguntadas, todas las prostitutas afirmen hacerlo porque quieren. Da igual, hay que SALVARLAS POR LA FUERZA. O callan porque tienen chulo o se hallan tan alienadas, traumatizadas y psicológicamente afectadas por el abuso constante que les han supuesto las vejaciones a las que han sido sometidas que  no hay que hacerlas caso. Digamos que tanto las feministas como las autoridades públicas vienen a actuar como "déspotas ilustrados", obligados por su conciencia y benévolos sentimientos a ayudar a estas pobres mujeres caídas, totalmente desvalidas y sin siquiera capacidad para decidir sobre sus propias vidas. Lo de déspotas me lo creo, por la manera en que actúan. En cambio de ilustrados... les veo más bien poquito, la verdad sea dicha.

Si realmente les interesase combatir la "trata" (que ya digo que es imposible, porque es un delito que cuando existe es perpetrado por nuestros poderes públicos en forma de deportaciones), ¿no sería mucho más sensato buscar el apoyo de los clientes para localizar y ayudar a las posibles víctimas? ¿Por qué no se solicita la colaboración ciudadana como en el caso de la "violencia de género" (otro temita manipulado hasta la saciedad)? Cuando uno lo piensa mínimamente, es que el de la prostitución es un mundo en el que no cabría el delito. Bastaría un único cliente "concienciado" para retirar a toda una de estas redes que esclavizan a cientos de mujeres. ¿En serio les parece posible que puedan actuar impunemente unas mafias que necesitan primero engañar o secuestrar mujeres a cientos de miles, luego adoctrinarlas o tenerlas tan sumamente amenazadas para que no denuncien y que además ninguno de los muchísimos clientes que tendrían al día (las abolicionistas dicen que de 10 a 20, jajaja) viese ni dijese nada? Me parece inaudito que nadie pueda dar la menor credibilidad a un discurso tan absurdo. Si ha triunfado hasta ahora es porque ha conseguido su objetivo de achantarnos y mantenernos en silencio.

Pero ya le hemos perdido el miedo.



Para seguir leyendo:
· Posavasos contra la "explotación sexual", otro burdo intento de manipulación
· Charla en el Ayuntamiento de León en el día contra la explotación sexual
· Sevilla se suma a las ciudades que sancionan al cliente
· El Ayuntamiento de Guadalajara aprueba una ordenanza para perseguir la prostitución de calle

jueves, 18 de octubre de 2012

Día Europeo contra la Trata de Seres Humanos

"El fenómeno de la prostitución y el tráfico y la trata de mujeres están absolutamente relacionados. La mayoría de mujeres en situación de prostitución son o han sido víctimas de la trata de personas".
Cortes Generales de España

"El aumento de la presencia de inmigrantes trabajadoras sexuales, muchas de ellas en situación irregular, sin papeles y viviendo en unas condiciones bastante duras ha dado lugar a todo tipo de abusos sobre las inmigrantes que tienen menos recursos económicos y ha llevado a plantear que TODAS ellas, sin excepción, son víctimas de trata".
Cristina Garaizábal, psicóloga



¿Otra vez hablando de la trata? Aquí estoy, repitiéndome más que la morcilla con cebolla. Pero es que hoy toca, porque es otro de esos días que los políticos han puesto en el calendario para aparentar ser solidarios y buenas personas. Además, gracias a este tipo de entradas suele llegar algún nuevo lector al blog aunque sea para criticarme.

Ya no sé que más contaros, me da muchísima pereza volver una y otra vez sobre lo mismo. Año tras año no veo más que declaraciones políticas tan pomposas como vacías: "trabajamos intensamente", "condenamos enérgicamente"... os tomamos el pelo continuamente.

No es que desde los poderes públicos no hagan nada contra el fenómeno de la trata, que se limiten a cruzarse de brazos ante un problemón de primer orden. Al contrario, hacen mucho... contra algo inexistente. A ver, hablo de la trata como nos la pintan los medios, como se la imagina cualquiera que no conozca por dentro el mundo de la prostitución. Porque es verdad que si nos atenemos al concepto formal que manejan las feminazis, toda prostitución es trata. Y es que se han sacado de la manga unas definiciones, que han logrado imponer en organismos internacionales, según las cuales la prostitución voluntaria vendría a ser imposible. De acuerdo a su concepto de trata (sobre el cual no voy a extenderme porque ya lo he analizado a fondo en otras entradas), si la persona que se prostituye se encuentra en una "situación de vulnerabilidad" (algo muy interpretable), ha entrado en el país de manera irregular o incluso ve su voluntad alterada por la existencia de un pago (ergo, toda prostitución) la voluntariedad de esta persona se hallaría viciada por lo cual consideran irrelevante su consentimiento. Hablando en plata, que a nuestras queridas feministas las resbala lo que digan las putas. Pero la trata tal y como cualquier persona normal la concibe, como sinónimo de esclavitud y de ejercicio forzoso de una actividad, no es más que una invención, un bulo, una trola. 

Más o menos así se representa la trata de seres humanos (human trafficking) con fines de explotación sexual en el imaginario popular: aterradas jovencitas vapuleadas por unos chulos inmisericordes que las tratan con extrema rudeza y las venden a gordos asquerosos. Este tipo de historias quedan muy bien para el cine, pero no tienen NADA que ver con la realidad.



Sin embargo es una mentira muy útil, porque sirve a sus fines. Para empezar, les quita responsabilidad trasladando el foco de culpabilidad a otros, generalmente los clientes y las "mafias". Sirve para crear la maniquea historia de que frente a unos perversos explotadores se yerguen como paladines de la justicia los representantes del poder público. La realidad es que quienes trasladan a millones de personas a la fuerza cada año, totalmente en contra de su voluntad y arruinando sus vidas, son estos gobiernos que se las dan de ser tan sociales. La trata se llama deportación, y sobre este fenómeno no existen campañas institucionales, ni debate en los medios, ni sensibilidad social (salvo muy determinados colectivos que por supuesto carecen del apoyo de las administraciones públicas). Para mí los auténticos delincuentes, mafiosos y tratantes son los políticos, jueces y policías que levantan fronteras donde no debería haberlas. No sólo siempre han atentado contra la libertad de la gente sino que además nos perjudican con nuestro propio dinero, que nos han extraído coactivamente. A eso le llamo yo maldad en estado puro.

En segundo lugar, les legitima. Pueden sonreír a cámara repitiendo su discursito prefabricado, en el que ya sabes qué van a decir porque siempre cuentan lo mismo y del mismo modo. Ante la sociedad se muestran como personas de buena voluntad, preocupadas por el prójimo y las injusticias sociales. Y, sobre todo, justifican sus latisueldos. A ver, su "trabajo" es necesario porque si no... ¿quién combatiría estas injusticias? Obviamente necesitamos un onerosísimo sector público para solucionar aquellos problemas que la sociedad civil no puede resolver por su cuenta. Ya se encargan ellos de elaborar leyes, impartir justicia y asegurar el orden público... a cambio de una justa remuneración, claro. Oigan, ¿y si lo que hacen ustedes es crear esos "problemas" para vivir del momio? Porque luego resulta que en torno a esta solidaridad con el dinero del prójimo se mueven cifras astronómicas, que curiosamente van a parar a personajes y asociaciones afines políticamente. Vamos, el chanchulleo de toda la vida.

Con motivo del "día europedo contra la trata" de este año, la Secretaría Xeral de Igualdade de la Xunta de Galicia elaboró estos carteles que en número de 3 mil serán "distribuidos en los campus universitarios, en los CIM y en los servicios sociales de los ayuntamientos"; además de 10.000 posavasos para los locales de hostelería. A este gasto hay que sumarle los 269 mil pavos que les van a soltar a las oenejetas. Díganme ustedes si estamos para semejantes despilfarros en un país al que van a intervenir de un momento a otro, donde la administración no paga a sus proveedores y tiene dificultades para prestar servicios básicos y abonar las nóminas a sus funcionarios. El continuo derroche en estas campañas no obedece al buen corazón de nuestros gobernantes sino a su desmedido afán de lucro.



Por eso suelo mostrarme muy crítico con tantos académicos, profesionales o activistas empeñados en mostrar que prostitución y trata no van de la mano, que las cifras que manejan las abolicionistas son totalmente irreales. Parece como que hayan visto la luz cuando les escuchas proclamar que el fenómeno de la trata está magnificado, que no tiene las dimensiones que se publicita, que es muy minoritario. Vaya, muy bien, hemos descubierto el Mediterráneo. Que las abolicionistas y, lo que es más preocupante, los políticos y las fuerzas de seguridad mienten es obvio. Lo que hemos de hacer es denunciarles y explicar al resto de ciudadanos por qué lo hacen, los beneficios que sacan con ello. Como no es un tema de tener o no razón, sino de LLEVÁRSELO BIEN CALENTITO, no les vamos a convencer por brillantes que sean nuestros argumentos. Una señorona feminista que en la puta vida ha currado y no sabe más que parasitar del erario público... ¿creéis que va a bajarse de la burra por más que la digas o que ella vea? ¡Jamás jamé jamón! Se tapará los oídos y cerrará sus ojos porque lo que quiere es poner la mano. Igualmente, a la policía el cuento de la trata le viene de lujo. Por una parte hay unidades enteras (las brigadas de extranjería) que viven de ello de manera oficial. Y por otra, extraoficialmente, les permite obtener unos pingües beneficios extorsionando a las chicas, amenazándolas con deportarlas o detener a sus familiares.

En fin, que efectivamente esto de la trata es un negociete de puta madre. Pero no por quienes nos cuentan... sino para quienes nos lo cuentan.

Os adjunto el manifiesto del gobierno (no sé de qué año es, pero da igual, si a veces hasta hacen corta y pega) como muestra de lo que dije al principio de la entrada, las mismas palabras vacías de siempre. Politiqués en estado puro.




“Con motivo del Día Europeo contra la Trata de Seres Humanos, y con la intención de promover el reconocimiento internacional del 18 de octubre como Día Internacional contra la Trata de Seres Humanos, el Gobierno español expresa su repulsa y más enérgica condena hacia la trata de personas, y su apoyo incondicional a las víctimas de la misma. Millones de personas en todo el mundo han visto vulnerados sus derechos más elementales y se han visto explotadas con diversos fines, ya sean trabajos forzados, la esclavitud, la servidumbre, la extracción de órganos o la explotación sexual.

En los últimos años se ha venido llevando a cabo una intensa actividad en la lucha contra la trata de personas, con énfasis en la prevención, en la mejora de la persecución del delito y en el procesamiento judicial de los responsables, así como en la cooperación con otros Estados y organismos internacionales para su erradicación y, especialmente, la protección de los derechos de las víctimas, que constituye una prioridad fundamental para el Gobierno.

En el ámbito nacional, se están llevando a cabo las actuaciones previstas en el Plan Integral de lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, promoviendo la colaboración con las organizaciones especializadas en la atención a las víctimas a través de su participación en el Foro Social contra la Trata. Además, se ha puesto en marcha la Comisión de Seguimiento del Protocolo Marco de Protección de Víctimas de Trata de Seres Humanos para seguir avanzando en la mejora de la coordinación entre las distintas instituciones implicadas en la materia. En el exterior, España realiza grandes esfuerzos en diversos organismos internacionales, como son las Naciones Unidas, el Consejo de Europa o la OSCE, así como en el ámbito de la Unión Europea para favorecer la lucha conjunta contra la trata de personas.

Consciente de la necesidad de seguir avanzando en este ámbito, el Gobierno de España reitera su compromiso con la protección efectiva de las víctimas de trata de seres humanos y su implicación para garantizar que estas personas recuperen su dignidad y puedan reconstruir sus vidas en libertad”



Otras entradas sobre la trata:
· Identificación de la explotación sexual
· Corazón azul, otra efectista campaña contra la "trata"
· 18 de Octubre, día europeo contra la trata + Corto "Escúchame"
· Manifiesto del PSOE en el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Seres Humanos

Y mis cuestionamientos:
· ¿Existe la trata?
· Mitos de la prostitución III: la trata de blancas

domingo, 7 de octubre de 2012

Música: mujer de la calle

De todas las modalidades de prostitución existentes, la callejera es la que sin duda desata más interés debido básicamente a su visibilidad. El peso real de este segmento de prostitutas no guarda relación con la atención que acapara en los medios, por eso para mí resulta tan importante: suelo decir que una sola puta de calle contribuye más a la normalización del trabajo sexual que cien de las que ejercen en locales. Con esto no quiero minusvalorar el trabajo de otras compañeras, sino evidenciar que lo no que no se ve, no existe. Por eso escribo este blog, para mostrar una realidad que de otro modo pasaría inadvertida para buena parte de la población.

A todas las mujeres que putean en la vía pública quiero dedicarlas esta canción del grupo mexicano "Haragán y cía", titulada "En el corazón no hay nada".  A veces se hace referencia a ella como "Mujer de la calle", por ser una de las frases más repetidas. Desde luego, no es una canción que defina objetivamente al trabajo sexual y da más bien una imagen estereotipada y triste del mismo. Sin embargo es muy conocida y, para mi gusto, de las mejores de este grupo.




EN EL CORAZÓN NO HAY NADA (MUJER DE LA CALLE) - HARAGÁN Y COMPAÑÍA

Mujer de la calle, que se vende por un devaluado tostón,
inexperto en amores me devora cualquier mujer.
Tu cuerpo va a estar vacío y va a tener hambre de amor,
mis sentimientos te necesitarán.

Otra noche solo, otra noche más,
sin un alma en pena en la calle,
sin un amigo con quien hablar.
Tu cuerpo va a estar vacío y va a tener hambre de amar,
mis sentimientos te necesitarán.

Cuántas veces he escuchado
que lloras a solas en tu cuarto.
En el corazón no hay nada,
ya no existen las princesas ni las rosas.

La lluvia lava las calles,
mis lagrimas se evaporarán.
Mujer callejera
que vendes trozos de piel.
De nuevo me siento solo y frío
con las manos heridas una vez más...

(Parte instrumental)

Cuántas veces he escuchado,
que lloras a solas en tu cuarto.
En el corazón no hay nada,
ya no existen las princesas ni las rosas.

La lluvia lava las calles,
mis lagrimas se evaporarán.
Mujer callejera
que vendes trozos de piel.
De nuevo me siento solo y frío
con las manos heridas una vez más...

Coro:
Mujer de la calle.
Mujer callejera.
Mujer de la calle.
De la calle, de la calle...
Mujer callejera.
Callejera, callejera...
Mujer de la calle.
De la calle, de la calle...
Mujer callejera.
Callejera, callejera...
Mujer de la calle.



¡No se vayan, aún hay más! De regalo, otra canción de Haragán relacionada con el puterío.
BONUS TRACK: "Buscando amor en la calle"




¿Un poco más de rock? En este mismo blog:
· Música: ahora que me dejas
· Música: Dolores se llamaba Lola

jueves, 4 de octubre de 2012

Angélica Villón defiende el trabajo sexual

“Nosotras somos personas dignas que no tenemos (nos da) vergüenza de lo que hacemos, que hemos elegido de manera autónoma ejercer el trabajo sexual como proyecto”
Pensamos que la solución a nuestro gran problema es que el Estado nos pueda reconocer como lo que somos, trabajadoras, no queremos nuevas leyes. Sólo queremos reconocimiento
Lo que nosotras pedimos es un marco legal que legalice y que acepte nuestra actividad como un trabajo

Dña Ángela Villón Bustamantepresidenta de la asociación 
de trabajadoras sexuales del Perú "Miluska Vida y Dignidad"



La semana pasada habíamos visto como una ex prostituta, Sonia Sánchez, criticaba duramente la prostitución mostrándose contraria a su reconocimiento legal. La daba igual que fuese voluntaria o forzada, de adultos o menores, que se desarrollase en mejores o peores condiciones: el significado inherente a la prostitución era inadmisible, por eso hace varios años escribió una carta en la que -a pesar de reconocer que "la trata no existe"- reclamaba acabar con "la explotación sexual" mediante medidas represivas, persecutorias y criminalizadoras.

Al contrario que tantas otras abolicionistas, cuya actividad es el derecho, el periodismo, la política, etc y no tienen ni idea de esta realidad, Sonia sí conoce este mundo por dentro. Ejerció la prostitución de calle, la que se suele considerar más desagradecida, y fue por motivos estrictamente económicos. Dejó esta "mala vida" y desde entonces se ha convertido en una de las activistas antiprostitución más entusiastas. Entonces, ¿esto le viene a dar la razón a quienes pretenden erradicar la prostitución?

Pues no seré yo quien lo diga, a pesar de que mis simpatías y afinidades son evidentes no pretendo imponer mi punto de vista. Eso sí, lo que haré siempre es ofrecer la información tan veraz y plural como sea posible para ayudar a que sean ustedes quienes conformen su propio criterio. Postura que por cierto, he de hacer notar, no comparten los abolicionistas tan acostumbrados a censurar, ningunear y silenciar los planteamientos contrarios.

Angélica, al igual que muchísimas otras prostitutas de todo el Mundo, se opone a las actuaciones del poder público que precarizan su situación. En la imagen, varias de ellas en una protesta en Francia. 



Lo que hoy les traigo es el testimonio de otra ex prostituta, que trabajó en condiciones similares a las de Sonia (en la calle en latinoamérica y abocada por la pura pobreza) y cuya posición contrasta fuertemente con la que hemos escuchado con anterioridad. Hago esto porque es sencillo defender una regulación de la prostitución atendiendo a lo que nos cuentan señoras como Valerie Tasso, Paula VIP o Mireia Exclusive (escorts de más o menos alto standing, conocidas en España porque han salido en los medios), pero no son muchas las "mujeres de la calle" que alzan su voz. Bueno, tenemos unas cuantas como Nereida Lakuló "la rucksa", Vanessa Vera o la incombustible Marga Carreras; de hecho la única prostituta "anti-prostitución" (y, además, con planteamientos sumamente moderados ya que es contraria a cualquier medida sancionadora) de quien tengo noticia en España es Marta Elisa de León y no ejerció en la calle sino en sitios acomodados.

No obstante, es cierto que tiende a creerse que mientras hay una prostitución cómoda, agradable, "buena", también existe otra más dura, penosa, "mala" y que aquellas trabajadoras que dan la cara públicamente forman parte de una exigua minoría que no es representativa. Ciertamente la prostitución no es un fenómeno homogéneo sino todo lo contrario, sin embargo experiencias positivas y negativas las hallamos en todas sus manifestaciones. Hay tanto prostitutas de calle como de alto standing favorables al reconocimiento legal del trabajo sexual, y en contra sucede lo mismo. ¿Cuál sería la proporción? En base a mi experiencia, en ambos grupos la corriente pro regulación sería la claramente predominante si bien -al contrario de lo que suele creerse- el mayor porcentaje se daría entre las de calle que son las que sufren mayores abusos (como apunta Angélica en el video y las entrevistas que reproduzco).

La intervención de la señora Villalón se enmarca dentro del Foro Trabajo Sexual y Trata de Personas que se celebró en Lima (Perú) el 7 de Julio del 2009. Pueden ver al resto de ponentes en youtube, toda la conferencia fue colgada por la congresista Doña Rosario Sasieta Morales (quien también habla en el video). Veamos qué nos cuenta y paso a comentarlo.




Uno de los aspectos más llamativos cuando se aborda el tema de la prostitución es la escasísima atención que se le presta a la voz de las prostitutas (y no digamos ya a los clientes, que somos los parias entre los parias). Cada año se celebran un buen número de charlas que excluyen por completo a los trabajadores del sexo... y eso que no les costaría contar con alguno/a que les respaldara, pues tengo constancia de varias chicas (entre ellas una que fue buena amiga mía) que son informantes de la policía y, del mismo modo que testifican lo que les ordenan en los juicios, podrían apoyar las tesis anti-prostitución en cualquier foro. De prostitución hablan muy poco las prostitutas y otras personas vinculadas con su mundo, y mucho personas ajenas al mismo. Ya es hora de que rompamos con esta dinámica de una vez por todas. Da igual si como Sonia atacan la prostitución o como Angélica la defienden, no pueden seguir siendo excluidas del debate público. ¿Por qué lo han sido hasta ahora? Pues por una parte porque ellas mismas no quieren dar la cara, saben que van a pagar un precio muy alto, y por otra porque lo que cuentan resulta muy incómodo y perjudica gravemente a los poderes establecidos como podemos ver.

Si pretendemos que el trabajo sexual sea aceptado no podemos trabajar únicamente en el frente institucional, sino asimismo en el social. Es incuestionable que el desprecio y rechazo hacia las prostitutas no es un invento de los políticos, sino que cuenta con un amplio apoyo por parte de importantes sectores de la población. Hace falta que les hagamos entender lo que dice Doña Rosario, que merecen el mismo respeto y la dignidad que disfrutamos el resto de las personas, que deberían tener idénticos derechos civiles y laborales, y que son personas y madres al igual que otras mujeres. El hecho de que realicen otro tipo de trabajo no las hace menos, no las convierte en "lacra" o "basura" como apunta Doña Angélica.

Éste es el gran problema de la prostitución: el estigma social que afecta absolutamente a todas las prostitutas, las "vejaciones y humillaciones" por las que pasan y no precisamente por los clientes (en su mayor parte), sino por esa sociedad bienpensante, para mí cateta y marujil, que prejuzga a las personas. Angélica cobró conciencia de ello y decidió poner fin a esta serie de prejuicios de la única forma que sabemos: hablando en público, dando la cara, mostrando que están tan extendidos como equivocados. Nos ven como bichos raros, y si nos ocultamos en vez de combatir el estereotipo lo alimentamos.

Cada vez más prostitutas están dando la vuelta al desprecio social que han venido sufriendo, reivindicando su estilo de vida y afirmando estar orgullosas por combatir un modelo de sexualidad que pretendía controlarlas. Si estoy con putas es precisamente porque son las personas más libres e independientes que conozco.



Todos los abusos que se perpetran contra ellas vienen legitimados por esta concepción de que no sólo son "distintas" al resto sino que también son INFERIORES. Más que como delincuentes se las trata como apestadas: como a los negros en Mississippi en la época de la segregación, los judíos en la Alemania nazi o los padres de los chavales en Cataluña y Baleares que quieren que sus hijos estudien en español. Lo de la delincuencia o las enfermedades no son más que justificaciones para excluirlas, la decisión de botar "la lacra a la basura" ya está tomada de antemano. Así como históricamente la raza, la religión o la lengua han sido instrumentalizados para la discriminación (expresamente prohibida por el artículo 14 de nuestra Constitución), también lo ha sido la orientación sexual (caso de los homosexuales) o el desempeño de determinados trabajos (más que ningún otro la prostitución, pero también existen prejuicios contra los tenderos chinos o los vendedores a domicilio, por ejemplo). Este tipo de xenefobia contra las prostitutas debería ser combatida por los poderes públicos, pero en la realidad lo que sucede es que -como en los casos citados anteriormente- son los gobiernos los que promueven, alientan y fomentan el desprecio y la discriminación existentes contra este colectivo.

¿Cuáles han sido las preocupaciones, hasta el momento, de las autoridades? Como explica la presidenta de "Miluska Vida y Dignidad" nunca las han tenido en cuenta a ellas, las políticas públicas siempre han ido dirigidas a beneficiar al aparato de la administración frente a la ciudadanía. Por una parte se han tomado medidas de "orden público"  como apartarlas para que no las vean recluyéndolas en una zona determinada. En hacer "ghettos" de putas, vaya. Siempre me ha hecho mucha gracia ese término empleado en latinoamérica de "zonas de tolerancia"... ¿qué significa, que el resto de la ciudad es una ZONA DE INTOLERANCIA?

Otras han sido las "políticas sanitarias" que enuncia, y que básicamente consisten en obligarlas a pasar controles venéreos para permitirlas trabajar. Observen que lo dice una prostituta de calle, no sólo tienen que pasarlas en los clubs o pisos. Como vengo denunciando reiteradamente, muchos ayuntamientos incurren en la práctica ILEGAL de efectuar estas pruebas médicas forzosas sin contar con respaldo legal alguno. Que bueno, es algo que beneficia a las chicas y que tiene su razón de ser pero que deberían establecerlas en una ordenanza municipal y no como sucede ahora. En muchos países las chicas han de llevar una cartilla sanitaria al día, aquí en España ese control lo llevan a cabo los servicios sanitarios municipales a pesar de no estar autorizados a hacerlo por norma alguna.

Manifestación en Barcelona el pasado mes de Abril en la que las trabajadoras del sexo protestaban contra el "acoso policial". En España la prostitución, en principio, no es delito. Pero en la práctica la administración las ha convertido en delincuentes, particularmente a aquellas que ofrecen sus servicios en la vía pública. Al igual que Ángela, muchas mujeres con las que he hablado afirman tener que "pagar cupos" a la policía para que no las cierren sus sitios de trabajo o se las lleven detenidas bajo las más diversas excusas (robo, tenencia de drogas, prostituir a otras chicas... el caso es amenazarlas para que paguen). Es como cuando cuenta lo de los condones, el asunto no es tenerlos o dejarlos de tener sino que buscan cualquier justificación para extorsionarlas.



Finalmente, aunque debería decir primeramente, el aspecto que más ha interesado históricamente a nuestras autoridades ha sido el fiscal. El recaudatorio, llevarse la pasta, meternos la mano en el bolsillo. Por eso digo que es el primordial, el fundamental, el clave. Ahí tienen a esta señora declarando abiertamente que "aquellas personas que tendrían que darnos seguridad ciudadana muchas veces son quienes nos extorsionan, quienes han visto históricamente de nosotras su caja chica". No lo puede decir más claro, cada vez que una prostituta callejera abre la boca indefectiblemente trata el asunto de las extorsiones y abusos policiales. Ahí encuentran ustedes el por qué de la falta de regulación de este sector y la causa última de que desde las instituciones se las acalle. En todas las zonas de prostitución callejera que conozco en Madrid las chicas han de pagar un canon a la policía para poder trabajar, presumiblemente suceda lo mismo en otras zonas de España y, como nos cuenta Angélica, también en Perú (de hecho Sonia Sánchez o Sandra Cabrera de Argentina nos cuentan exactamente lo mismo, por lo cual deduzco que no son situaciones aisladas sino bastante corrientes).

Esto me lleva al asunto de la trata, del que también habla Angélica. Denuncia la confusión que se promueve desde la propia administración para así perseguir al tráfico de personas, incluso cuenta el caso de sus amigas que fueron a Alemania y las deportaron como víctimas de trata. Como he aseverado en tantas ocasiones, no conozco un sólo caso auténtico de trata. Sin embargo sí he constatado cómo bajo esta justificación se arresta, encierra y deporta a muchas personas que vinieron voluntariamente a nuestro país. Si lo piensan un poco es de locos, pagamos altísimos impuestos a un sector público que no sólo no resuelve nuestros problemas sino que los causa y cuando actúa sus intervenciones resultan contraproducentes.

Por supuesto, con las medidas que propone todo esto podría evitarse. Gracias a un reconocimiento legal se disminuiría el poder de las mafias, otorgándolas la residencia se impediría su deportación y, sobre todo, se disminuiría la corrupción pues así los agentes del orden no tendrían mecanismos para extorsionarlas. Perfecto. ¿Entienden por qué no se hace? Me recuerda a esa famosa viñeta de El Roto en la que un político le dice a otro: ¿Sabes lo que hay que hacer, verdad? Bien, pues que NO se haga. Todos los partidos importantes son reacios a regular la prostitución por la misma razón que defienden las listas cerradas y bloqueadas, la politización de la justicia o el Estado de las Autonomías: supondría una merma de su poder. Por ese motivo es IMPOSIBLE que recojan nuestras reclamaciones, únicamente podemos hacernos escuchar accediendo a partidos que naden contracorriente y que sean profundamente críticos con la corrupción del sistema (estilo P-Lib o Ciutadans).

En esta divertida viñeta, la ex policía y ex prostituta Norma Jean Almodovar representa con mordaz sagacidad la política que siguen frente a la prostitución los cuerpos y fuerzas de seguridad de muchos países: mientras en su discurso aseguran "rescatar a las mujeres de la explotación", en realidad lo que hacen es detener a mujeres completamente inofensivas empleando además medios totalmente desproporcionados. Varias chicas que conozco, con quienes he perdido el contacto aunque espero que estén bien, han sido llevadas a prisión de esta manera.



En lo que respecta al contenido concreto de una regulación, es de lo más sencillo. Como indica esta excepcional mujer una vez que se reconozca la prostitución como un trabajo IGUAL a cualquier otro, se podrían acoger a la normativa laboral existente. No es nada especial, no son unas antisistema que quieran subvertir el orden social sino jugar con las mismas cartas que todos los demás (incluyendo el pago LEGAL de impuestos, pues como he mencionado ya los abonan pero ILEGALMENTE). ¿Oyeron? Las prostitutas desean acogerse a derecho, porque entienden que en cualquier democracia la ley es un contrapeso frente a los excesos o arbitrariedades del poder. Una regulación, como declaró en su día la ex presidenta de la CAM Esperanza Aguirre, serviría principalmente para evitar que estas personas estuviesen explotadas. ¿Y qué quieren nuestros actuales gobernantes? Pues deshacerse de incómodas leyes que les limiten y quitarse de encima al estorbo de Espe, una política que quería poner al poder público al servicio del ciudadano cuando ellos lo que desean es que seamos súbditos de la administración.

Esta falta de reconocimiento desde las instituciones manda un mensaje a la sociedad y refuerza las sanciones sociales existentes. Sucede exactamente lo mismo que con los homosexuales: hace años tenían que esconderse, que llevar una doble vida, sabían que nadie los aceptaría. Pero el problema no estaba en ellos, no eran unos invertidos asquerosos indeseables, sino en la persecución legal y la intolerancia social. Una vez fueron cambiando las leyes y las costumbres sociales se vio que no había problema alguno en que dos personas del mismo sexo se acostasen. Tampoco espantaban a los niños ni causaban la menor molestia. Ellos no eran quienes debían ser excluidos, a quienes había que perseguir era a los intransigentes que les repudiaban. En la actualidad ya no está tan mal vista la homosexualidad (claro, depende en qué círculos nos movamos), sino que a quien se señala con el dedo es al homófobo. Pues este mismo camino de aceptación social es el que nosotros estamos dispuestos a recorrer, haciendo ver que las prostitutas "somos madres de familia, somos esposas, somos hijas, somos ciudadanas... vivimos en esta misma sociedad, tenemos que empezar a ser tolerantes y a convivir en esta sociedad"En estos momentos, la principal causa de exclusión social de las prostitutas es la negativa a aceptar esta actividad como un trabajo. Si, señora Rosario, claro que hace falta "esbozar los principios del cambio de la visión que se tiene de las trabajadoras sexuales en la sociedad". Precisamente para eso queremos un cambio en la legislación, porque nada es más didáctico que si ustedes como representantes de la ciudadanía aceptan a las trabajadoras sexuales reconociendo la actividad que desempeñan. En este punto las abolicionistas nos han tomado ventaja y tienen muy claro hacia dónde han de ir dirigidos sus esfuerzos (claro que a ellas la sociedad civil jamás les ha importado un bledo, son de las que prefieren vencer a convencer).

La protagonista de esta entrada cuenta que decidió llamarse Ángela y no Jennifer tras una agresión policial. La historia que relata sobre un policía que la arrastró y luego sus compañeros se burlaron de ella es muy común, puesto que en la práctica existen muy pocos medios de controlar la actuación de los efectivos policiales y ante una ilegalidad los agentes se encubren entre sí (un compañerismo mal entendido). Las chicas me han contado cómo han sido violadas, robadas o agredidas por los uniformados, lo cual sale muy poco en los medios. En cambio sí que es noticia cuando atrapan a alguna "mafia", por lo general familiares o allegados de la chica a quienes imputan cargos por proxenetismo cuando la mujer no se aviene a pagarles la cuota que la demandan.



¿Qué propuestas prácticas pueden hacerse? Pues en principio lo de la zona de tolerancia, como he comentado con anterioridad, no me agrada particularmente. Pero entiendo que tanto a muchas chicas como a las autoridades les parezca una solución de compromiso aceptable y es que tiene varias ventajas: uno ya sabe donde tiene (o no tiene) que ir, existe una serie de infraestructuras (picaderos) necesarias para el ejercicio de su actividad y en una zona centralizada es más sencillo proveer a las chicas de los servicios sanitarios pertinentes (controles de ITS) a la vez que efectuar el cobro de las tasas municipales correspondientes (que se puede hacer legalmente, como en Bonn en Alemania). Desde luego me opongo frontalmente a que se obligue a ejercer en sitios cerrados, ya que como apunta Ángela eso "sería un instrumento para que la policía golpee o meta presas a las compañeras de la calle". Han de coexistir ambas modalidades de prostitución, una discreta y otra más visible porque conllevan CONDICIONES DE TRABAJO diferentes. A mí, por ejemplo, no me gusta nada la prostitución en sitios cerrados. En un piso se va a tiro a fijo: pasan las chicas, eliges a una y pagas por el tiempo/servicios que desees contratar. Lo que me presta es hacer vida con las chicas, estar con ellas, conocerlas... cosa que ahora tampoco puedo hacer porque a consecuencia de denunciar públicamente las malas praxis policiales estoy requetefichado y cualquier chica que esté conmigo se metería en un problema serio.

¿Qué zona sería perfecta, con limitación de zonas y horarios, alejada de las viviendas, colegios e Iglesias? Pues un parque, claro. Pero han de ser parques pequeños, controlados, no puede ser un espacio muy amplio como la Casa de Campo porque en ese caso al haber muchas prostitutas la labor recaudatoria de las fuerzas policiales se complica en exceso. En un piso, donde hay unas 4-8 chicas, sólo han de "negociar" con la dueña. En un puticlub, en el que hay más de 20 y pueden llegar fácilmente al doble, únicamente tratan con el propietario y le cobran en función del número de chicas o de habitaciones. En cambio en la calle han de efectuar el cobro una a una (excepto si las chicas tienen chula, a las cuales ya podrían grabar los periodistas en vez de a las chicas), lo cual resulta sumamente engorroso. Fue esa la razón de mayor peso para que se cerrase la Casa de Campo, y es que se prefiere la prostitución en locales con muchas chicas donde poder sacar tajada con mayor discreción, rapidez y seguridad.

Para quien quiera saber más de esta valiente mujer, he añadido un par de entrevistas que la realizaron y donde profundiza en los motivos que la llevaron a ejercer la prostitución, los problemas que ha enfrentado durante estos años (la policía trató de asesinarla, como a Sandra Cabrera) o por qué se ha rebelado frente al rechazo social que padece. También quiero agradecerle a la diputada Sasieta que se haya acercado a conocer este tema, espero que siga hablando con más prostitutas (y clientes y dueños de lupanares) porque la veo con muchas dudas, y muy inocente.

Y por supuesto gracias a todos los que me estáis leyendo, este interés que mostráis ya es muy importante.



· Orgullosa de ser trabajadora sexual

Luis Lagos, Revista Generación - 10/06/2010



Angélica Villón es presidenta del Movimiento de Trabajadoras Sexuales del Perú y de la Asociación de Trabajadoras Sexuales "Miluska Vida Y Dignidad". Antes fue simplemente Jennifer, una mujer que ofrecía sus servicios sexuales en las calles y sorteaba la represión policial. En esta entrevista nos cuenta como se inició en el penoso y duro camino de la prostitución y su impresión de lo que significa ser una trabajadora sexual.

-¿Como fue su niñez? 
A mí me criaron como si yo tuviera la culpa de todo, me dijeron que yo tenía que servir a un hombre, pertenecer a él y no tenía derecho a nada por mi condición de ser mujer. Mi padre es muy machista.

-¿Cuándo empezó a ejercer el meretricio? 
Desde los 17 años. Mi padre me botó de la casa porque había quedado embarazada. Tuve que salir para evitar sus agresiones y proteger mi embarazo. Me convertí en madre soltera y tuve que mantenerme sola.

-¿Qué hizo entonces? 
Me dediqué a ayudar a los ambulantes y también trabajé como empleada del hogar durante dos meses. Cuando di a luz en Piura en el año 1982, mi hijo se enfermó del estómago y se empezó a deshidratar. Estaba desesperada. No tenía dinero para comprar los medicamentos. 

-¿Alguien le ayudó? 
Había una chica que me ayudaba. Yo sabía que ella era trabajadora sexual pero lo que me daba no me alcanzaba y me dijo que tenía que trabajar.

-¿Qué sintió cuando comenzó a trabajar como prostituta? 
Yo quisiera contarte que fue lo que sentí cuando entré por primera vez a un burdel. Cuando la “mami” me invitó a iniciarme, me horroricé de ver a mujeres exhibiéndose. Me asusté y me dije: “Esto es pecado, yo no puedo pecar. Yo no voy a ser una mujer sucia”. Di media vuelta y salí rumbo al hospital. Luego el doctor me pidió las medicinas para mi hijo, pero como yo no las tenía me dijo que mejor me lleve a mi niño a morir a mi casa porque ese espacio que mi hijo estaba utilizando lo necesitaba para un niño que sí se podía salvar.

-¿Eso le dijo el médico? 
Sí, eso me dijo. ¿Tú te imaginas lo que yo sentí? Entonces regresé al burdel y me dije: “A partir de este momento no creo en Dios, porque si no creo en Dios, no soy pecadora y no tengo que sentirme sucia”.

-Habían otras opciones, ¿por qué eligió la prostitución? 
Trabajé como empleada del hogar pero no me gustó. Trabajaba las 24 horas del día. Podía haber vendido frutas en la calle, pude haber lavado ropa, pero al final de cuentas escogí el trabajo sexual. La trabajadora sexual tiene la ventaja de que recibe el dinero inmediatamente y eso te ayuda a cubrir necesidades que en ese momento para mí eran muy importantes. 

-¿Lo hacía solo por necesidad o también le gustaba el tipo de trabajo? 
Era muy joven para entenderlo. Yo vivía sola, en extrema pobreza y en ese momento decía que lo hacía por necesidad. Era muy niña e inmadura para entender estas cosas.

-¿Le molesta que le digan puta? 
Puta es una mujer que ejerce su sexualidad tan libremente como la vive el hombre. En cambio, una trabajadora sexual es aquella mujer que cobra por sus servicios que no la exime de “tirarse una canita al aire” con cualquier persona. Una puta no necesariamente es una trabajadora sexual.

-¿Que diferencia encuentra entre las prostitutas de antes y las de hoy? 
La prostituta de antes estaba muy explotada por los “cafichos”, también desconocía sus derechos y pensaba que tenía que ser violentada, fastidiada por su trabajo; por eso las prostitutas tienen una coraza porque crean resentimiento. La mayoría de las prostitutas de ahora ya no dependen de un “caficho”, de un marido explotador; ahora forman parte de un matrimonio y aportan a la familia como una pareja común porque hemos luchado para ganar derechos.

-¿Tuvo problemas con algún caficho? 
Bastantes. Aunque no directamente porque yo estuve casada 11 años con un marido al cual tenía que mantener; sin embargo, él me protegía y nunca me golpeó ni me exigió que le diera dinero. Su aporte fue ayudarme a criar a mis hijos.

-¿Cuántos hijos tiene? 
Tengo cuatro hijos, de 27, 25, 23 y 13 años, y un ahijado de 13 a quien protejo y adoro.

-¿Se siente bien al saber que sus hijos saben que es prostituta? 
Por supuesto. Me siento muy orgullosa. El día que yo decidí aceptarme a mí misma me di cuenta que era el primer paso para que los demás me acepten. Una vez, unos primos de mi hijo lo citaron solo para preguntarle ¿qué se siente ser el hijo de la mayor prostituta del Perú? Querían burlarse de él pero mi hijo está preparado para esto y solamente les respondió: ¿para esto me han citado?

-¿Está de acuerdo con la prostitución callejera? 
Sí, porque la persona está ejerciendo su derecho al libre tránsito. Pienso que hasta que no se ordene la prostitución y no se reconozcan los derechos de las trabajadoras sexuales esto va a continuar así. Puede haber personas a quienes no les guste esto pero las calles no son de nadie y además nosotras no realizamos el servicio sexual en la calle.

-Es complicado entender esta forma de ejercer su trabajo. ¿No cree? 
Es que está mal visto por una connotación moral y religiosa, pero esto es muy subjetivo y se usa para justificar toda la represión policial y la violencia a la que estamos sometidas y el daño moral y psicológico que nos hace la sociedad y también los medios al criminalizar el trabajo sexual.

-¿Cuando una mujer se está iniciando en el trabajo sexual, la anima o le dice que busque otro camino? 
Yo la animo a que sea feliz, a que su autoestima suba. La animo a que dé los pasos necesarios para lograr sus objetivos. No fomento el trabajo sexual.

-¿Todavía ejerce el meretricio? 
Hace 13 años que no soy trabajadora sexual. Yo les digo ahora a mis compañeras: “Ustedes tienen mucha suerte porque cuando yo trabajaba y me pasaban cosas terribles por ser una puta, nadie me dijo que tenía derechos”.

-¿Se arrepiente de algo? 
Me arrepiento de no haber tenido el valor suficiente para reaccionar cuando las personas se aprovecharon de mí y me violentaron. Me consuelo al saber que Dios me dio la oportunidad de salir adelante después de haber pisado fondo y pensar en quitarme la vida. De esa desgracia salió mi fortaleza con la cual vivo ahora orgullosa al lado de mi esposo y mi familia.



· “Ya no espero clientes en las calles ni en prostíbulos, pero regresaría para ayudar a mis compañeras del movimiento de trabajadoras sexuales” 

Sofía Pichihua, Peru21 - 14/02/2012



Ingresó al mundo de la prostitución por necesidad y decidió quedarse por propia voluntad. La presidenta del Movimiento de Trabajadoras Sexuales del Perú publicará en marzo un libro sobre sus incontables experiencias.

¿Por qué escogiste ser una trabajadora sexual? 
Cuando tenía 17 años, mi bebe, de un mes y medio, enfermó. Su papá, un cobrador de combi que me llevaba más de 23 años, nunca se hizo cargo de él. No tenía otra opción. Me olvidé de Dios al pisar el prostíbulo Cinco y Medio.

¿Tu familia no te ayudó? 
Escapé de mi casa antes de que mi padre se enterara de que estaba embarazada. Él era capaz de hacerme abortar a golpes.

Tu autoestima estaba por los suelos… 
Sí, y confié en el primero que se me acercó. No tenía experiencia, era una niña. Luego trabajé de nana en la casa de una amiga bailarina. Cuando mi bebé tuvo problemas en el estómago, le pedí ayuda. En ese momento me contó que, en realidad, era una prostituta.

No te echaste para atrás… 
No podía. Mi hijo se moría. Me consolaba diciendo que los hombres que venían a “comprar mi cuerpo” –antes hablaba de esa forma, ya no– cometían doble pecado.

¿Crees en Dios? 
Me he reconciliado con Dios, pero no creo en la religión.

¿El trabajo sexual no fue una alternativa temporal? 
Eso pensaba, pero entre todos los trabajos que hice, el que más me gustó y se acomodó a mi ritmo de vida fue el de prostituta. Tenía dinero para dar de comer a mi hijo y para estudiar. Recién a los 19 años terminé la secundaria.

¿Qué fue lo primero que viste al entrar al prostíbulo? 
Fue un shock. Yo nunca había visto un pene. Cuando estuve con el papá de mi hijo, él apagó las luces y todo ocurrió bajo la sábana. Al entrar al burdel, encontré a mujeres desnudas, con el calzón en el trasero. Lo veía grosero, vulgar.

¿Cómo te vestías? 
No hice lo mismo. Siempre usaba minifalda y un escote. La ‘mami’ me pidió un nombre de trabajo. Me acordé de una vecinita antipática y le respondí: “Me voy a llamar Jennifer”. Luego pensaba: “Ahora esa tendrá nombre de puta” (risas).

¿Siempre te han llamado así? 
No, solo hasta cuando me acepté. Me di cuenta que no tenía que renunciar a mi identidad porque ser trabajadora sexual es mi derecho, mi trabajo. Si cobro o lo hago gratis no es problema de la Iglesia, de la municipalidad ni de nadie.

¿Cómo fue que llegaste a esa conclusión? 
Cuando comencé en el activismo, en el 2000. Yo dejé el Cinco y Medio porque había mucha explotación. Trabajaba en la Carretera Central. El dueño se enojó y la Policía hacía operativos en la calle. Un alférez me golpeó. Mis piernas terminaron destrozadas. Nunca había pasado tanta humillación. Me sentí más chiquita que un microbio.

¿Lo denunciaste? 
La encargada de la Auditoría Interna de la Policía sacó 25 soles de su cartera para que el médico legista pudiera revisarme. Estuve 15 días sin moverme.

¿Fue sancionado? 
El alférez me rogó para que quitara la denuncia porque no lo iban a ascender. Me negué y lo castigaron. “¿Cómo se te ocurre? Nosotros somos putas, solo la gente decente puede denunciar”, me decían mis amigas. “Pero yo soy una puta decente”, les respondí porque yo no hago daño a nadie. 

¿Recibiste amenazas? 
Sí, pero fue por otra denuncia. Le conté a un general que sus subordinados cobraban cupos. Era una mafia. Me dispararon dos veces y me salvé. Tuve que esconderme en provincias durante dos años.

Luego creaste una agrupación 
En el 2002 fundé Miluska, Vida y Dignidad. En el 2009, varias organizaciones formaron el Movimiento de Trabajadoras Sexuales del Perú. Me eligieron como su presidenta y viajo a eventos y capacitaciones.

Y también participaste en las reuniones que organizó la Municipalidad de Lima… 
Sí. Esperamos que estas se retomen porque aún no se ha decidido nada. No queremos una ‘zona rosa’ lejos de la ciudad. Se requieren ‘zonas de trabajo’ en varios lugares. Pero antes se debe reconocer el trabajo sexual.

¿Hace cuánto que no ofreces servicios sexuales? 
Hace 15 años, cuando nació mi cuarto hijo. Aunque puedo regresar para ayudar a mis amigas. Hace dos años hice una convocatoria por un día. Terminé inflamada (risas). Aunque ya no lo ejerza, eso no significa que deje ser una profesional del sexo.

¿Tienes pareja? 
Suelo estar sola. Si un hombre se enamora de mi, entra en conflicto porque no acepta que haya ofrecido servicios sexuales.