miércoles, 3 de marzo de 2010

Música: escupiendo nuestro asco

Recientemente mantuvimos una discusión en el blog de Marien con un vecino del Raval en la que se quejaba de varios de los problemas que sufrían como consecuencia directa del ejercicio de la prostitución en la vía pública, a saber: amenazas, agresiones, acoso a las mujeres no oferentes... frecuentemente se señala que la prostitución viene acompañada de drogas, inseguridad o problemas sanitarios, lo cual obliga a tomar medidas como las prolíficas ordenanzas municipales de convivencia (que prohiben la prostitución en la vía pública), bien conocidas por todos.

No digo que éstos problemas no existan, claro que son reales, porque los problemas no están ahí sino que son construcciones subjetivas. ¿Quién puede evitar que una persona muy miedica se sienta insegura? Normalmente la prostitución no origina por sí misma ningún tipo de molestia pero, ante la falta de justificaciones serias para rechazarla, se crean otras más tangibles. ¿A qué me refiero? Bien, les voy a poner dos ejemplos, uno desde la perspectiva de las prostitutas y otro de la de los vecinos.

Tras el famoso escándalo de las fotos del País mostrando la prostitución en la Boquería, el periódico el Mundo se preocupó de hablar con algunas chicas de la Montera, en Madrid, para conocer cómo era la situación aquí. Según ellas "no molestaban tanto" y son chicas "muy tranquilas", sin embargo a ciertos vecinos "no las gusta verlas". Desde nuestro lado, el de clientes y prostitutas, es como vemos la situación. Vamos a lo nuestro, somos tranquilos, ni damos ni queremos problemas, pero nos encontramos con ciertas personas a las que nuestra mera presencia parece incomodar. ¿Por qué? Pienso yo que porque nos ven como escoria, lo que les lleva a dirigirse a nosotros de malos modos y a considerar que debemos ser peligrosos aunque no exista ningún indicio racional para suponerlo, más allá que el de ofertar/demandar servicios sexuales. Afortunadamente son la minoría, la convivencia con la mayoría de los vecinos (algunos de los cuales son clientes de las chicas, o las chicas de ellos ya que les compran ropa, comida, tabaco, hacen sus recargas de móvil, etc) es francamente buena.

La plataforma RAVAL PER VIURE asocia la "dignidad" a la exclusión del diferente. Algunas personas desean construir sociedades muy cerradas, donde no exista diversidad cultural, ideológica o social. Es lógico que sus demandas sean recogidas por la actual administración catalana, ya que sus proyectos políticos son coincidentes.



Me interesa conocer las motivaciones de la gente, sinceramente creo que la mayor parte de los problemas de convivencia se pueden arreglar entre la propia sociedad civil sin necesidad de recurrir a medidas coactivas impuestas por el poder político, así que cada vez que escucho cualquier queja de convivencia relacionada con la prostitución la analizo atentamente. ¿Cómo podemos llegar a un acuerdo? ¿Es posible minimizar el impacto social de la prostitución? ¿Existe alguna manera para que tanto los vecinos que protestan como las chicas que hacen la calle puedan conciliar sus intereses? El siguiente mensaje, que pueden encontrar en la red, aclara estas dudas:

Soy Carlos Alberto. Vivo en un piso de Alcorcón (Madrid) desde hace 9 años y hemos tenido la desgracia de tener como vecinos a una pareja que han alquilado una vivienda por un contrato de un año, donde después nos hemos enterado que se practica la prostitución. Ellas (4 chicas jóvenes) proceden a su actividad desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde, con el consiguiente goteo de clientes y la inseguridad que corre la finca debido a la falta normal de vecindario. La verdad es que hemos pensado en medidas personales ya que hemos acudido a la policía, y nos han dicho que no podemos hacer nada porque estas mujeres no hacen escándalo alguno. Tememos por la seguridad de nuestras viviendas y la salud de nuestros hijos pequeños. Si pudieran ofrecernos alguna solución se lo agradeceríamos. Saludos.



Bueno, pues es una desgracia como otra cualquiera, como tener de vecino a un gilipollas, a un racista o a un socialista. No para Don Carlos Alberto, sino para las chicas. Resulta que reconoce que "estas mujeres no hacen escándalo alguno", ejercen en un piso privado por lo que no hay imágenes obscenas a la vista de nadie ni desperdicios por el suelo, y además trabajan en un horario laboral completamente normal. Pero ellos temen por "la seguridad de sus viviendas y la salud de sus hijos"... ¿Por qué? Que alguien me explique si existe la menor relación, es como si yo creo que por bailar va a llover o si considero que alguien va a ser un delincuente por nacer en un año determinado (por decir algo, no se me ocurren ejemplos absurdos a esta hora). No, la prostitución no da más problemas... que ser prostitución. Con eso está dicho todo, no hay necesidad de que existan problemas, y si no los hay se los inventan. Además me parece curioso que cuatro chicas jóvenes puedan sobrellevar sin mayores tratornos toda esa inseguridad para su vivienda y su salud y todo un hombre hecho y derecho tenga miedo. ¿Miedo? ¿O son prejuicios? ¿Tendría miedo por el trasiego de los clientes de una consulta dental, que seguramente serán muchos más? ¿O miedo para la salud de sus hijos? ¿Qué pasa, que hay una especie de bacteria del puterío que se va esparciendo? ¿Huele mal por donde pasan las putas y sus clientes? Que es la pura y simple discriminación de toda la vida; al negro, al marica, al inmigrante, al ex presidiario, a la madre soltera y a la puta, entre otros, se les ha atacado siempre desde los sectores más intransigentes sin mayor motivo que el ser diferentes. Ese es nuestro delito, no causar problemas, no hacer ésto aquello, sino ser lo que somos. Y la verdad es que contra la intolerancia no se me ocurre solución alguna, más que educación y cultura para las generaciones venideras, pero con las criadas en el odio y en el desprecio poco creo que pueda hacerse, ya están echadas a perder.

La mayoría de chicas que he conocido en esto no son ni buena ni mala gente, son JUSTAS. Como dice una amiga (que me ha mandado un mensajito muy bonito hoy para que vaya a verla...) "si me tratan bien yo soy buena, y si mal, soy PEOR". Ante la gente que no sabe que hablar mierda de nosotros tendremos, mal que nos pese, que responderla en su mismo lenguaje. Desearía que no fuese así, pero no entienden el lenguaje del respeto y de la educación. Por tanto les dedico la siguiente canción de Chicharrica:



ESCUPIENDO NUESTRO ASCO - CHICHARRICA

Ellos nos critican, a nuestras espaldas hablan mal.
¿Y qué? ¿Y qué más nos da?
¿Qué les importa a ellos, qué más nos da a nosotros
si todo sigue igual?
¿Y qué más nos da?
Ellos tienen su vida y nosotros la nuestra, y (que) nos dejen en paz.


Escupiendo nuestro asco contra su hipocresía.
Escupiendo nuestro asco contra la burguesía.
Escupiendo nuestro asco contra su hipocresía.
Escupiendo nuestro asco contra la burguesía.

Sólo porque pensamos de manera diferente nos llaman mala gente.
¡Nos llaman mala gente!
Se encierran en su Mundo
de lujo y de billetes atacando a quienes
¡No se lo merecen!


Escupiendo nuestro asco contra la burguesía.
Escupiendo nuestro asco contra la hipocresía.
Escupiendo nuestro asco contra la burguesía.

1 comentario:

asturiano dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada. Muchas gracias por aportar "granitos" de arena como este al debate sobre la forma adecuada abordar -desde la política- el fenómeno de la prostitución en medio abierto.

Estoy muy de acuerdo contigo.